Sociedad
El supervoluntario de Japón
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Haruo Obata se jubiló poco antes del tsunami de 2011. Luego de aquel devastador desastre, vivió en su coche durante más de un año, siempre yendo a donde creyó que podía ayudar. Su mujer no soportaba este tipo de vida pero Haruo Obata es feliz así. Recoge basura plástica en las playas, ayuda en asilos de ancianos o les transmite a los niños su filosofía de vida que consiste en ser estricto consigo mismo pero generoso con los demás. Obata es un ser excéntrico. Tiene un apartamento encantador y algo caótico, usa un pañuelo rojo en su cabeza y ríe como él solo. En Japón, ahora es considerado todo un héroe popular. Uwe Schwering pasó algunos días con él.