Elecciones en España: reacciones desde Alemania y Europa
10 de marzo de 2008„Nos alegramos de la victoria histórica del PSOE porque con este triunfo la modernización social de España recibe el apoyo del pueblo español”, dijo el alemán Martin Schulz, socialdemócrata y presidente del Partido Socialista Europeo, en entrevista a DW-WORLD.
Después del asesinato del ex concejal socialista Isaías Carrasco, Schulz instó a los españoles a acudir a las urnas y demostrar con el ejercicio del derecho democrático su repulsa a ETA. Los españoles no defraudaron al germano, ni a Carrasco. La participación en los comicios ronda el 74%, y eso en un país en el que el voto no es obligatorio.
“El ambiente es de serenidad. A final de la campaña ya se vislumbraba una posible victoria del Partido Socialista. Aún no me he encontrado con ningún compañero del Partido Popular, pero ayer por la noche hablé con algunos”, comentaba esta mañana Elmar Brock, parlamentario del Partido Popular Europeo y democratacristiano alemán, a DW-WORLD.
¿Quién es el europeísta?
“No creo que en el modo de afrontar la política europea existan muchas diferencias entre los dos candidatos”, opinó Brock refiriéndose a Mariano Rajoy y a José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, Europa fue uno de los temas que Rajoy trató con menos gusto durante la campaña electoral. La guerra en Irak, el alejamiento de los socios europeos, la foto de Aznar con Bush y Blair en las Azores… todavía le pesan demasiado al Partido Popular.
“España es un país muy favorable a la integración europea”, recuerda Schulz. Y no cabe duda de que el papel del europeísta en el teatro electoral lo ha representado el candidato socialista, avalado por la retirada de las tropas de Irak y el desbloqueo de las negociaciones sobre la Constitución comunitaria. El presidente lo repitió nada más enterarse de que se mantenía en el cargo: sus esfuerzos estarán orientados a fortalecer la alianza con los países europeos.
“Esperamos que el señor Zapatero continúe con su política pro europea”, dice Schulz. “En las relaciones con los países del Mediterráneo, el norte de África y por supuesto también América Latina, Zapatero va a ser crucial para Europa. Yo personalmente he apoyado la política del presidente español de una apertura progresiva hacia Cuba, y en esta dirección vamos a seguir cooperando”.
“Si Zapatero quiere ahora enarbolar la bandera de la rectitud hacia el europeísmo, que venga a la Unión Europea y nos lo cuente. Esperamos que en la práctica, cuando entre en vigor el Tratado de Lisboa y empiece la nueva era en la política exterior y de seguridad comunitaria, el presidente Zapatero actúe como dice que va a hacerlo”, comenta por su parte Brock.
Buenas relaciones con Alemania
La última vez que Zapatero y la canciller Angela Merkel se encontraron fue a finales de enero de 2008, con las elecciones españolas ya a la vista. Merkel le dijo a Zapatero que lo sentía mucho, pero que deseaba que ganase Rajoy.
“El Partido Popular es nuestro partido hermano, y por supuesto que le deseamos la victoria”, dice Brock, pero tanto él como Schulz coinciden en que las relaciones entre el Gobierno alemán y el Ejecutivo de Zapatero serán buenas: a nivel europeo, opinan ambos, la ideología partidista se deja a un lado y lo que importa es la cooperación. “Ya funcionó con Aznar y Kohl, con Aznar y Schröder, y funcionará ahora también”, añade Brock.
Rajoy y la moderación
Mientras Schulz considera que es programa político de Zapatero el motivo de la victoria electoral socialista, Brock habla de una constelación de sucesos que ha favorecido al presidente: el asesinato del ex edil, el mejor posicionamiento del socialista en los debates televisados y las dificultades que ha tenido Rajoy para trasmitir sus ideas económicas cuando la coyuntura española se estanca pero todavía no está todo lo mal que podría.
Sin embargo, lo cierto es que un mes de campaña electoral es muy poco tiempo para convencer a los ciudadanos de su metamorfosis en hombre moderado. “Los valores cristianos son para nosotros, los cristianodemócratas, una orientación, pero éstos no determinan nuestras decisiones políticas”, aclara Brock. Pero a Rajoy se le ha visto demasiado unido a la Iglesia católica y a su posición beligerante en contra del Gobierno. “No me puedo imaginar a los obispos alemanes saliendo a la calle para manifestarse contra el Gobierno”, reconoce Brock. Y esto lo dice un cristiano.
No es solamente la religión, sino frases como “España se rompe” o “el señor Zapatero agrede a las víctimas del terrorismo”, y otras muchas en este tono, las que enturbian la imagen de centrista que ha tratado de transmitir Rajoy a última hora. Pero, ¿y si al líder popular lo sustituyera alguna de las figuras moderadas que también tiene su partido? “A eso no quiero responder”, dice Brock.
Desde que ayer se despidió con un “adiós” de los seguidores del PP concentrados en la sede del partido en Madrid, se especula con el futuro de Rajoy. El silencio hace aumentar los rumores y presuponer un cambio. No sería la primera cabeza que rueda tras estos comicios: la del candidato y coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, ya cayó.
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Lo social es la clave
“Para mí personalmente, e independientemente del resultado electoral, Izquierda Unida sigue siendo un aliado muy, muy importante”, dice Lothar Bisky, miembro del Partido de Izquierda alemán y presidente de la izquierda europea.
Que el sistema electoral español y el fuerte bipartidismo que ha dominado la campaña electoral han tenido su influencia en los resultados de IU ya lo destacó Llamazares una vez se conocieron los primeros resultados electorales fiables, y lo repite Bisky, aunque añadiendo que “los hechos son los hechos y esto no es ninguna disculpa”.
El resultado electoral ha sido un “fracaso para Izquierda Unida y un fracaso para mí”, declaró Llamazares, y hoy ha hecho lo que anunció que haría: asumir las consecuencias. Con casi un millón de votos recaudados, en número de papeletas IU es la tercera fuerza más votada en España, pero con dos diputados menos y sin grupo parlamentario propio porque para ello se requieren como mínimo cinco asientos en la Cámara, Llamazares abandona el cargo.
Mientras tanto, en Alemania la izquierda se abre paso en un parlamento regional tras otro, y el Partido Socialdemócrata empieza ya a discutir qué hará si a nivel nacional necesita coaligar con ese tercer brazo que le creció, y ahora adquiere cuerpo propio. “Hay que decir que en Alemania la situación es diferente. Aquí tenemos una gran coalición, la política de reformas del sistema social impulsada por los socialdemócratas: dos cuestiones que despiertan el rechazo de muchas personas y que, no sólo pero también, han contribuido a nuestro crecimiento.”
“La izquierda a la izquierda de la socialdemocracia es la única postura política en la que la cuestión social juega un papel relevante: la justicia social y la solidaridad con los más débiles”, comenta Bisky, y eso es lo que los diferencia de los demás partidos y lo que les hace ganar votos.
“La izquierda europea debe luchar para introducir estándares sociales mínimos, porque en la UE vivimos un periodo de dumping social y salarial, queremos que haya más democracia directa y más referéndum, queremos soluciones sociales y políticas a los problemas y por lo tanto no necesitamos destinar más dinero a armamento, como prevé el Tratado de Lisboa, sin olvidarnos por supuesto del cambio climático”, define Bisky.
Pero, ¿no son precisamente éstos los valores que defiende Zapatero? Ampliación de la protección del Estado, diálogo de civilizaciones y presidente de la paz, lucha contra el calentamiento global. “Eso es posible que haya desviado más de un voto de la izquierda a los socialistas. La pregunta es cuántas de esas ideas va a llevar Zapatero de verdad a la práctica”.
Quizás necesite España aún un par de años para que los socialistas empiecen a meterle la tijera al sistema social creado por ellos mismos para que la izquierda pueda salir en defensa de lo que se pierde. O quizás logre Izquierda Unida antes demostrarle a los votantes lo que la distingue del PSOE. “La dimisión de Llamazares despeja el camino para empezar de nuevo”, dice Bisky.