Elecciones en Polonia: la grieta se profundiza
13 de julio de 2020Fue una victoria estrecha, pero Andrzej Duda logró ganar las elecciones. Esto lo convierte en el segundo Presidente de Polonia después de 1989 que es reelegido para un segundo mandato de cinco años. Su contrincante liberal, el alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, también obtuvo un éxito notable a pesar de su derrota. Su carrera política cobrará impulso ahora más que nunca: se ha convertido en una nueva y joven cara de la Polonia liberal, con la aspiración de unir a la oposición y desafiar a los gobernantes de nuevo en las próximas elecciones parlamentarias de 2023, a más tardar.
Presión sobre los medios de comunicación críticos
El resultado de las actuales elecciones tendrá consecuencias de gran alcance. La elección de Duda permitirá a su partido conservador nacional, el PiS, continuar la revolución conservadora que comenzó en 2015 y consolidar el poder de esa colectividad. Entre otras cosas, esto podría conducir a la completa subyugación del poder judicial y socavar la separación de poderes en Polonia. La reprimenda lanzada a los medios de comunicación por la esposa de Duda, Agata Duda-Kornhauser, que incluso nombró a un periodista, da una idea de la situación en Polonia. Después de la transformación de las radioemisoras públicas en portavoces del partido, ahora le toca el turno a los medios de comunicación privados que critican al gobierno. Debido a que muchos de ellos tienen propietarios extranjeros, el líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, habla de la necesidad de "re-polonizar" los medios de comunicación. Así se programan más conflictos con Bruselas.
¿Más que un hijo adoptivo de Kaczynski?
Después de estas elecciones, Polonia sigue siendo un país profundamente dividido. Polonia occidental y septentrional contra Polonia meridional y oriental, ciudades contra provincia, viejos contra jóvenes: las grietas atraviesan familias, círculos de amigos, pueblos. Después de la campaña electoral fuertemente polarizada, sería tarea del ganador de las elecciones cerrar las brechas. Pero ya con la primera victoria de Duda en 2015, esta esperanza no se cumplió. Había una razón importante para ello: a pesar de algunos intentos, Duda no logró salir de la sombra de su padre político, Jaroslaw Kaczynski. Kaczynski cree que los conflictos son la fuerza motriz de los procesos políticos. Ve los acuerdos y los acercamientos al oponente, más allá de las tácticas políticas, como signo de debilidad y no son parte de su ADN.
Ahora, sin embargo, hay indicios de una mayor independencia de Duda: ya no tiene que temer por su reelección. La cuestión es solo si está dispuesto a dejar el papel de hijo adoptivo y ejercer el cargo de presidente con la fuerza de carácter necesaria. Después de la elección, Duda tiene la oportunidad de elegir.
(gg/er)
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