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Emiratos: Hussein debe abandonar Irak

1 de marzo de 2003

Los Emiratos Arabes Unidos instan a que Sadam Husein abandone el poder y que Irak sea gestionado por la Liga Arabe y la ONU.

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La Liga Árabe se opone a una guerra.

La propuesta se dio a conocer en la XV Cumbre Árabe que se inauguró este sábado en la localidad egipcia de Sharm el Sheij. El presidente de los Emiratos, el jeque Zayed Ben Sultan Al Nahyane, instó en un mensaje a "la dirección iraquí a abandonar el poder e Irak beneficiándose de todos los privilegios adecuados, y esto en un plazo de dos semanas a partir del momento en que acepte esta inicativa".

Asimismo la iniciativa prevé que "se den garantías jurídicas apremiantes a nivel nacional e internacional a la dirección iraquí de que no será objeto de ninguna persecución".

El mandato de la ONU

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Liga, consideran que la decisión de Irak de destruir los misiles Al Samud II "es un paso en la dirección correcta". En este sentido se instó a que el régimen de Bagdad siga cooperando con la ONU, además de aplicar totalmente sus resoluciones.

En este sentido, el presidente libanés, Emile Lahoud, declaró que "en el pasado hemos instado a que Irak coopere con la ONU, para evitar cualquier pretexto para una guerra, hoy reiteramos este llamamiento".

Además de la cooperación iraquí, La Liga Árabe insiste en que el Consejo de Seguridad de la ONU es el único órgano con potestad para resolver la crisis de Irak, a la vez que se resalta su oposición a un ataque contra cualquier país árabe, con mención explícita de Irak y Kuwait, como también hizo en el discurso inaugural el mandatario libanés, Emile Lahud, presidente saliente de la Cumbre.

Esperanza de paz

La Liga Árabe aun tiene esperanzas de paz y propuso la formación de un comité tripartito formado por Siria, Egipto y Arabia Saudí, que liderará una misión diplomática árabe para buscar una solución pacífica a la crisis iraquí.

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, pidió en este sentido que "se conceda el tiempo necesario a la ONU para demostrar su credibilidad y su sinceridad a la hora de aplicar los términos de sus resoluciones" respecto al desarme iraquí.

La destrucción de los misiles

Entretanto, los inspectores de armas de la ONU y los expertos iraquíes comienzan este fin de semana con la destrucción de cuatro misiles Al Samud, tras haber acordardado un calendario de eliminación del cohete prohibido.

UN Waffeninspektor und eine al Samoud Rakete
Este fin de semana comienza la destrucción de los misiles Al Samud.Imagen: AP

"Se alcanzó un acuerdo por el cual el proceso de destrucción comenzará en el área de Taji (norte de Bagdad) con la destrucción de cuatro misiles Al Samud", explicó el miembro del Ministro de Información Uday al-Taei. El jefe de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, había dado a Bagdad un plazo hasta el 1 de marzo para comenzar a eliminar docenas de misiles y la mayor parte de sus componentes tras descubrirse que excedían el alcance de 150 kilómetros permitido por la la ONU tras la guerra del Golfo.

"Formulación blanda"

Según Hosni Mubarak, "el futuro de la nación árabe se encuentra en la balanza", debido a los "temores de que las consecuencias de una guerra se extiendan a numerosos países vecinos". Por ello se hizo un llamado a que los países vecinos de Irak eviten cualquier participación militar que podría amenazar a Irak, a su seguridad y a la integridad regional.

Pero este discurso no sería más que "una fomrulación blanda que quiere decir todo y nada", reclaman círculos cercanos a la delegecaión iraquí en la Cumbre, quienes señalan que, por ejemplo, "Kuwait está del lado de los EE.UU. y no pensará en echara los soldados estadounidenses".

Irak frenó de antemano una iniciativa para que los ministros de Asuntos Exteriores de Egipto y de otros países árabes se presentaran en Bagdad, Washington y en la ONU para negociar una solución diplomática.

Ante las divergencias en el seno de la Liga Árabe, los analistas tampoco considerab factible que la declaración final de la Cumbre retome el llamado de los Emiratos Árabes para exigir la dimisión y el exilio de Saddam Hussein.