Cultura alemana en un estado estadounidense
9 de julio de 2019Cuando Norman Sunday se sienta en frente a su granero, a veces, se pone melancólico. Este agricultor de 82 años de Pensilvania sabe que la historia familiar de décadas está llegando a su fin. Aquí, solía criar ganado, pero ahora está retirado y probablemente sus hijos no se harán cargo de la granja.
Como muchos otros en el condado de Berk, Sunday es descendiente de inmigrantes alemanes que vinieron del Palatinado en el siglo XVIII para encontrar aquí un nuevo hogar. Eran agricultores que trabajaban duro, creían en Dios y cultivaban su cultura alemana. Norman Sunday nunca estuvo en Alemania, pero sus padres le hablaron ‘Pennsylvania Deitsch' (alemán de Pensilvania), un dialecto que ha sido hablado por la población rural durante 300 años y que aún sigue vivo. "No puedo hablar bien, pero lo entiendo", dice.
Lengua en rápido crecimiento
Patrick Donmoyer, de la Universidad de Pensilvania, quiere preservar la herencia alemana para las futuras generaciones. En el "Centro de Patrimonio Cultural Alemán" en Kutztown, enseña el ‘Pennsylvania Deitsch' en una antigua escuela alemana que data del año 1870 y que actualmente es un museo.
El lenguaje no está en riesgo de desaparición, dice Donmoyer. Un total de 40,000 personas hablan el dialecto en Pennsylvania, 400.000 en Estados Unidos, y va en aumento. La razón es la gran cantidad de comunidades religiosas de los amish y los menonitas que hablan el alemán de Pensilvania como lengua materna y que tradicionalmente traen muchos niños al mundo.
El 30 por ciento de los habitantes de Pensilvania tienen antepasados alemanes y muchos de los descendientes todavía hablan el dialecto en casa. Donmoyer dice que se ha convertido en un idioma propiamente tal durante los últimos 300 años.
Las estrellas del granero, un arte propio
Las famosas estrellas del granero de Pensilvania, también llamadas "Simbolos Hex" o "Estrellas del Granero", son típicas de la zona. Desde lejos se pueden ver las pinturas coloridas con de ocho a doce rayos en los graneros. Fueron traídas del otro lado del Atlántico por los inmigrantes palatinos y se han convertido en su forma de arte propia.
En el "Festival Folclórico de Kutztown", Patrick Donmoyer enseña cómo pintarlos. El contraste del color amarillo y el negro da la impresión de que las estrellas se están dando vueltas, dice Donmoyer. Sin embargo, las estrellas no tienen nada que ver con los signos de las brujas: para los pueblos campesinos, el sol, la luna y las estrellas siempre jugaron un papel importante. Así que simplemente dibujaron lo que era importante para ellos, dice Donmoyer.
Viejas costumbres cobran vida
Cada año, 130.000 visitantes acuden al Festival Folclórico de Kutztown. Muchas cosas aquí recuerdan a los inmigrantes alemanes que dan forma al Condado de Berks hasta hoy. En el "Wursthaus" hay verdaderas salchichas de Pensilvania con chucrut y una banda toca música que en realidad encajaría bien con la de Baviera.
El trompetista Leon Moll hablaba ‘Pennsylvanian Deitsch’, (alemán de Pensilvania), de forma regular cuando era niño con sus padres. Sin embargo, desde su muerte, rara vez se le ocurre y sus hijos "no lo hacen", dice Moll. Para muchos, son los únicos nueve días del año en que las viejas costumbres cobran vida nuevamente.
(JAG/ER)
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