Entre dudas, Perú llega al Bicentenario con Pedro Castillo
28 de julio de 2021Perú no solo estrena este miércoles un nuevo Gobierno con el izquierdista Pedro Castillo, sino que cumple también 200 años de independencia, en medio de los estragos de la pandemia del coronavirus y la esperanza e incertidumbre que generan las promesas de cambio del maestro de escuela rural.
La llegada del líder sindical de 51 años al sillón presidencial tiene una potente carga simbólica al conmemorarse el Bicentenario: esta es la primera vez que alguien de la zona andina, ajeno a las élites políticas, llega a la Presidencia, después que los que apoyaron a la candidata derrotada Keiko Fujimori hicieran todo lo posible para dilatar su proclamación como ganador de las elecciones.
Retos más urgentes
El gran crecimiento económico del país andino en las últimas décadas hizo que, por ejemplo, la pobreza se redujera del 55% al 22%, según datos de la CEPAL. Sin embargo, el COVID-19 terminó develando el crecimiento desigual y, especialmente, la precariedad del sistema sanitario, convirtiendo a Perú, con casi 200 mil fallecidos, en uno de los países más golpeados por la pandemia a nivel mundial. Por ello, Castillo ha prometido reformas profundas, empezando por un cambio de Constitución. Pero el hecho de que a horas de asumir las riendas del país no hubiera revelado la composición de su gabinete ministerial, despertaba suspicacias en la clase política.
Desde un comienzo, Castillo basó su propuesta de una nueva Constitución en la necesidad de que el Estado tenga mayor intervención en la economía. Según él, el libre mercado sería responsable de las desigualdades entre los más ricos y los más pobres a pesar del crecimiento que ha tenido el país en los últimos 30 años.
“Castillo tendrá una tarea bastante complicada al asumir el Gobierno en una de las peores crisis de nuestra historia republicana. Su prioridades a corto plazo deben ser: seguir con el ritmo de vacunación, que ha levantado los ánimos del país, la reactivación económica y el retorno de los niños a las escuelas después de dos años perdidos”, señala a DW la politóloga peruana Denisse Rodríguez-Olivari, de la Universidad Humboldt de Berlín.
Nueva Constitución genera controversia
Después de haber tratado de moderar su propuesta de una nueva Carta Magna durante la recta final de las elecciones, diciendo que solo sería en consenso con el Parlamento, donde su partido Perú Libre solo cuenta con 37 de 130 escaños, Castillo anunció en Twitter que pediría celebrar un referéndum para la instalación de una Asamblea Constituyente. Un plan que es rechazado abiertamente por la oposición.
El abogado constitucionalista peruano Luciano López, quien admite que la actual Constitución tiene defectos y requiere cambios, considera un "error" pedir ahora un referéndum: “Para hacer reformas no se necesita una nueva Constitución. Sí se necesitan cambios profundos en dos capítulos: el referente a la estructura del Estado y el que contiene las garantías constitucionales. En esos podría haber consenso en el Parlamento, pero no en el capítulo del régimen económico. En la actividad empresarial del Estado ya hemos tenido experiencias nefastas. Castillo debería también recordar que la mayoría no votó por sus propuestas, sino contra el fujimorismo”.
De ese modo también lo ve la mayoría de los ciudadanos, de acuerdo a una última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP): un 61% de los consultados dijo esperar que el nuevo gobierno mantenga el modelo económico, pero con cambios, y solo un 23% quisiera una nueva Carta Magna.
La politóloga Rodríguez-Olivari coincide en que ahora no existen las condiciones adecuadas para una Asamblea Constituyente y piensa que Castillo debería ir “con cuidado”. “Anunciar un referéndum es una maniobra política en la que se tiene que estar sumamente seguro que vas a ganar, como cuando el expresidente Martín Vizcarra lanzó en 2018 un referéndum para consultar sobre si los congresistas deberían ser reelegidos”, recuerda la politóloga.
Congreso adverso
Según el constitucionalista López, hay tres caminos para un cambio de Constitución: dos a través de la aprobación del Parlamento, presentando un proyecto de ley, y la tercera vía es la recolección de firmas para convocar a un referéndum. “Para esta tercera vía se requiere del 10% del último padrón electoral, es decir, 2,5 millones de firmas físicas. Con ninguna de las tres vías creo que Castillo pueda tener éxito”, sostiene López.
Después de lo visto el lunes, acota el experto, con la elección de una mesa directiva del nuevo Parlamento opuesta al oficialismo, todo parece estar complicado para el gobierno entrante: “Con esa muestra de poder de un Parlamento adverso, se puede deducir que las propuestas de Castillo fácilmente podrían ser rechazadas. Además, a las puertas de una anunciada tercera ola de COVID-19, no creo que esa sea la prioridad ahora”, asegura el constitucionalista.
A un Congreso adverso se suma la sombra de Vladimir Cerrón, el líder y fundador del partido Perú Libre, de tendencia abiertamente marxista, quien hasta el momento no se sabe cuánta influencia tendrá en el Gobierno de Castillo. Cerrón, un médico neurocirujano formado en Cuba y la cara actual más conocida de la izquierda radical peruana, no pudo postular a la presidencia por su partido al haber sido condenado por corrupción cuando era gobernador de la región de Junín.
La misma encuesta del IEP revela que el nuevo presidente Castillo encontrará un panorama muy complicado: un 34% de peruanos cifra esperanza en su gobierno, un 29% siente incertidumbre, un 16% confianza y un 15% miedo. Pero un dato contundente es que el 85% de peruanos no quiere ver a Cerrón participando en el Gobierno de Castillo.
Con la llegada de Castillo al Palacio de Gobierno termina también un quinquenio políticamente turbulento marcado por la confrontación entre el Legislativo y el Ejecutivo, en el que llegaron a juramentar hasta cinco presidentes. Quizás ese sea el reflejo de los 200 años de vida republicana de Perú, donde, hasta ahora, nada asegura que con Castillo será distinto.