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Arquitectura

En México, la arquitectura antisísmica "ha salvado vidas"

20 de septiembre de 2022

Desde edificios sobre ruedas hasta amortiguadores que transforman la energía sísmica en calor: en la Ciudad de México se encuentran algunos de los edificios más seguros contra terremotos.

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Vista aérea de la Torre Latinoamericana en la Ciudad de México, iluminada durante el atardecer.
La Torre Latinoamericana se terminó de construir en 1956, y es uno de los edificios que más terremotos ha soportado.Imagen: Daniel Walther/Zoonar/picture alliance

El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de 8,1 grados en la escala de Richter sacudió los cimientos de México, dejando amplias zonas de la capital en ruinas y más de 10.000 muertos tan solo en esa ciudad. La tragedia natural obligó a revisar los códigos sísmicos existentes y, dos años más tarde, se publicaron las nuevas normas técnicas para el diseño de edificios antisísmicos.

En la Ciudad de México (CDMX), construida sobre un antiguo lago, un estudio preciso del comportamiento del suelo ayudó a incrementar los factores de protección sísmica. Jesús Valdez, ingeniero constructor y CEO de Miyamoto International en México, explica que el suelo de la capital es muy blando, lo cual amplifica las ondas sísmicas y representa un reto adicional a la hora de diseñar edificaciones. 

Nuevos dispositivos sísmicos

En 2017, muchos años después, pero justamente otro 19 de septiembre, un terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter causó graves daños en la capital, cobrándose casi 400 víctimas mortales. Jesús Valdez cuenta a DW que precisamente ese día, por la tarde, se iba a presentar una actualización del código sísmico, que incluía novedosos dispositivos como amortiguadores, aisladores de base o contraventeos restringidos al pandeo. Hoy día, las normas mexicanas contemplan estos dispositivos.

Referencias arquitectónicas

Inaugurada en 1956, la Torre Latinoamericana fue una referencia a nivel mundial en materia de arquitectura antisísmica. Gracias a su estructura de acero, el edificio posee una ductilidad natural que le permite resistir deformaciones, sin dañarse. Asimismo, su sistema de cimentación ha servido de ejemplo para muchos edificios construidos en suelo similar en la CDMX.

La Torre Mayor, un alto rascacielos en la Ciudad de México.
La Torre Mayor es un ejemplo de construcción antisísmica con amortiguadores.Imagen: picture-alliance/ dpa/dpaweb

"La Torre Mayor (2003) fue la primera en Latinoamérica que incorporó amortiguadores de tipo viscoso en un edificio con estructura metálica. Es de las más seguras a nivel internacional, porque el amortiguador sirve como disipador de la energía. Convierte la energía sísmica en calor, así como los amortiguadores de un vehículo", señala Valdez, quien sostiene que durante un terremoto es más seguro estar dentro que afuera del edificio.

En 2015 se inauguró la Torre Bancomer, otro ejemplo novedoso de arquitectura antisísmica. El entrevistado detalla que esta construcción metálica tiene unas estructuras diagonales a cada cuatro niveles, que sirven de soporte lateral. En caso de un gran terremoto, las diagonales absorberían la energía y serían los primeros elementos en dañarse. Más tarde, estos fácilmente podrían ser sustituidos.

La Torre Bancomer en el centro de la Ciudad de México.
En caso de un gran terremoto, las estructuras diagonales de la Torre Bancomer absorberían la energía sísmica y serían los primeros elementos en dañarse. Imagen: Carlos Mejia/El Universal/Zumapress/picture alliance

Edificios sobre ruedas

En países de alto riesgo sísmico, como Japón o Estados Unidos, también se usan los aisladores de base, que son de las tecnologías más costosas. Según Valdez, un ejemplo reciente en la CDMX es el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, el edificio más grande de Latinoamérica con la mayor cantidad de aisladores de base: 1.316 en total. "Es como subir el edificio a una patineta o a unas ruedas. Entonces el suelo empieza a moverse lateralmente, pero el edificio permanece en su posición y se aísla de las fuerzas sísmicas", explica.  

En México, los nuevos códigos sísmicos permiten que se construyan edificios cada vez más altos que superan los 15 ó 20 niveles, así como rascacielos arriba de los 60 niveles. El ingeniero constructor subraya que los edificios son seguros siempre y cuando cumplan la normatividad y se construyan de acuerdo a los proyectos: "Edificios recientes han colapsado por malas prácticas de construcción pero, sin duda, los códigos han ayudado a salvar muchas vidas".

Jesús Valdez, quién jugó un papel destacado en la búsqueda y el rescate de víctimas tras el sismo de 2017, hace un llamado a verificar constantemente los edificios en zonas de alto riesgo sísmico y, en caso necesario, reforzar las construcciones a fin de evitar más tragedias humanas.

(ers)