En nombre del pingüino...
La comunidad científica clama desde hace mucho por acuerdos internacionales vinculantes para proteger a la Antártida y a su fauna. En ese sentido, el carisma de los pingüinos suele usarse como arma persuasiva.
Embajadores de la causa ecologista
Los pingüinos, el animal favorito de muchos por su torpe y simpático andar, ofrecen a los investigadores una manera útil de medir la salud de su hábitat. Según Christian Reiss, biológo pesquero de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, "los pinguinos son unos excelentes embajadores para entender la necesidad de conservar los recursos del Océano Antártico".
Víctimas del cambio climático
Dos tercios de las 18 especies de pingüinos que hay en el mundo, que se extienden desde las islas volcánicas de las Galápagos en el Ecuador a la Antártida, están en declive, según un estudio del año 2015. Concretamente, los pingüinos antárticos son vulnerables al cambio climático, ya que el desplazamiento del hielo reduce su hábitat y el calentamiento de los mares afecta a sus presas.
Bajo presión
Los científicos apuntan a la intensa presión de la pesca sobre especies vitales para la cadena alimenticia, como el krill, así como la contaminación, los daños a los criaderos de pingüinos y el cambio climático como culpables del declive del número de pingüinos. Solo dos tipos de pingüinos (el de Adelia y el rey), están creciendo en número, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la IUCN.
Barómetros que respiran
Los pingüinos pasan la mayor parte de su vida en el mar, pero vuelven a la tierra para reproducirse y mudar de piel. Esto los convierte en importantes indicadores de la salud marina. Para la científica marina de la Universidad de Stanford, Cassandra Brooks, "los científicos tenemos que continuar desenmarañando las complejas interacciones entre el cambio climático y las poblaciones de pinguinos".
Bastión seguro
El Mar de Ross, uno de los últimos ecosistemas marinos intactos en el mundo y baston de pingüinos, está recibiendo un impulso. Un pacto sellado el pasado año por la Convención para la Conservación de los Recursos Marinos Antárticos (un grupo internacional que supervisa la conservación y la explotación sostenible del Océano Antártico) genera nuevas esperanzas.
El más grande de todos
De las 18 especies de pingüinos que existen actualmente, el emperador es el más grande de todos. Mide alrededor de 120 centímetros de alto y pesa unos 40 kilos, aunque esto último fluctúa a lo largo del año. Pero unos fósiles encontrados en la península antártica revelaron que una gran especie de pingüino existió hace 37 millones de años: medían 2 metros de alto y pesaban hasta 115 kilos.
Excelentes nadadores
Los pingüinos de Adelia son una de las cinco especies de pingüinos que viven en el continente antártico, junto al emperador, el papúa, el barbijo y el macaroni. Como todos los pingüinos, el de Adelia es un excelente nadador: algunos de ellos han sido grabados nadando hasta 300 kilómetros (150 kilómetros por trayecto) para ir a buscar comida para sus crías.