Energía limpia procedente del subsuelo
6 de abril de 2010Los antiguos romanos sabían lo que era bueno. No en vano, convirtieron los manantiales de agua caliente sulfurosa en baños termales, una especie de oasis de bienestar para ricos y poderosos de la Antigüedad. También sus descendientes supieron sacar provecho del calor del interior de la Tierra: la primera central capaz de producir electricidad a partir del calor terrestre fue construida en Italia en 1913 y, con ella, una nueva forma de generación de energía, la geotermia.
Hoy en día, la energía geotérmica se aprovecha en multitud de países. Especialmente sencilla resulta su explotación en aquellos lugares con un alto nivel de actividad volcánica y donde la corteza terrestre es más delgada. A través de perforaciones de varios kilómetros de profundidad se consigue liberar vapor a temperaturas que superan los 200 grados centígrados, un vapor fácilmente transformable en electricidad en centrales de generación de energía diseñadas para ello. Este tipo de "geotermia profunda" se explota, por ejemplo, en Nueva Zelanda, Filipinas y en la Costa Oeste de Estados Unidos.
Energía limpia global
Un clima cálido no es, sin embargo, una condición indispensable para el aprovechamiento de la energía geotérmica: la fría Suecia, por ejemplo, ocupa un lugar destacado en el contexto internacional en el uso de bombas de calor para calentar edificios. Es la denominada "geotermia cerca de la superficie", en la cual se realizan perforaciones de hasta 400 metros de profundidad en cuyos agujeros se colocan intercambiadores de calor en forma de tubos que hacen ascender la temperatura terrestre a la superficie.
Los expertos parten de la base de que, desde un punto de vista puramente teórico, la geotermia sería capaz de cubrir la demanda global de energía. Además de una forma extraordinariamente respetuosa con el medio ambiente: "En su funcionamiento, la energía geotérmica es limpia al 100%", explica Stefan Dietrich, de la Asociación Federal de Geotermia (GtV, por las siglas en alemán). Es por ello que la geotermia es fomentada con dinero público en muchos países europeos. Algo además necesario si se tiene en cuenta las condiciones geográficas de Europa Central. Allí, la generación de electricidad resulta más bien complicada debido a que las altas temperaturas necesarias sólo se consiguen alcanzar a grandes profundidades.
Islandia: calles caldeadas
"Sin apoyo político aún no es posible que la geotermia resulte rentable en Europa Central", afirma Horst Kreuter, de la Organización No Gubernamental International Geothermal Association (IGA, por las siglas en inglés). Kreuter se muestra confiado en que dicho apoyo no será necesario en el futuro y que la energía geotérmica llegará a ser rentable algún día.
Si hay un país que ejemplifica el uso y rentabilidad de la energía geotérmica, ése es Islandia: más de la mitad de la demanda energética de la isla se satisface a través de la geotermia. También la electricidad que se precisa procede en alrededor de una quinta parte de las centrales de energía geotérmica. Una energía tan económica en el país que incluso algunas calles de la capital, Reikiavik, son calefaccionadas en invierno.
Indonesia: esperanza en electricidad barata
Como Islandia, Indonesia también es una isla volcánica. El país dispone de unas condiciones geológicas muy buenas para explotar la geotermia en la producción de electricidad. Sin embargo, apenas la mitad de la población goza de acceso al suministro eléctrico y los apagones son habituales. Justamente para los países pobres, la geotermia abre una perspectiva de energía barata y accesible para todos sus habitantes. Con todo, en Indonesia la electricidad generada en centrales térmicas de carbón es aún más económica que la producida a partir de la energía geotérmica.
"La geotermia puede contribuir significativamente a la lucha contra los problemas de suministro", explica Thorsten Schneider, del Banco Alemán de Desarrollo (KfW), que subvenciona la construcción de una central de generación de energía en la provincia indonesia de Aceh. Una de las mayores ventajas de la geotermia frente a energías como la solar o la eólica consiste en la fiabilidad del suministro, que no se encuentra condicionado por posibles cambios en la meteorología. "Además, la central permitirá reducir en alrededor de 230.000 toneladas anuales las emisiones de CO2 en Indonesia", asegura Schneider.
Kenia: geotermia en lugar de energía hidráulica
De todos es sabido que las zonas de fricción entre dos placas tectónicas albergan un riesgo elevado de padecer terremotos. Sin embargo, a menudo es precisamente en esas regiones en las que se dan las condiciones óptimas para la explotación de la geotermia.
Una circunstancia aplicable también a Kenia, a través de la cual se extiende la falla sísmica conocida como "Gran Grieta Africana". El país es en gran medida dependiente de la energía hidráulica, pero las persistentes sequías han reforzado la búsqueda de fuentes de energía alternativas. La geotermia es una respuesta: en Kenia existen ya ocho centrales energéticas de este tipo, entre otras la de Olkaria, en el Parque Nacional de Hell's Gate (literalmente, "la puerta del infierno"), al noroeste de Nairobi.
Muchas oportunidades, pocos riesgos
"En países en vías de desarrollo que no disponen de una extensa red de suministro eléctrico, la energía geotérmica es una opción extraordinariamente sensata", afirma Stefan Dietrich, quien añade: "Una gran ventaja de la geotermia frente a fuentes de energía convencionales como la nuclear o la térmica es su carácter descentralizado". Los países serían menos dependientes de grandes plantas centrales de generación de energía o de gigantes redes eléctricas.
Pero al margen de su potencial de futuro y su compatibilidad con el medio ambiente, la geotermia no está totalmente exenta de riesgo: se teme, por ejemplo, que las perforaciones, especialmente en regiones geográficas sensibles, podrían desencadenar terremotos. "Cuando el ser humano opera activamente en el subsuelo, el riesgo existe", constata Horst Kreuter. "Sin embargo, en lo que respecta a la geotermia se trata de riesgos muy escasos".
Autora: Nele Jensch/ Emili Vinagre
Editor: Enrique López