Entre Alemania y España: la energía solar se abre camino
21 de marzo de 2007City Solar se llama la empresa responsable del megaproyecto: 500.000 m² cubiertos de paneles solares en la costa mediterránea española, provincia de Alicante, en uno de los lugares con más horas de sol diarias de toda Europa.
Ya en febrero de este año empezó a funcionar una parte de esta gran central fotovoltaica, la mayor del planeta. En “los próximos días”, según indica la empresa germana, comenzarán a captar la energía del astro rey otros 40 dispositivos y así sucesivamente hasta el verano, cuando se espera que las instalaciones trabajen al 100%.
Lo bueno del sol
Conectada a la red eléctrica local, la nueva central robará al sol fuerza suficiente para cubrir el consumo energético de 12.000 hogares. Después de un año, el complejo habrá generado 30 millones de kilowatios por hora y ahorrado a la atmósfera 30.000 toneladas de contaminante CO2.
Las cifras impresionan. Pero cabe preguntarse si 71 campos de fútbol repletos de paneles solares justifican una producción de energía que alcanza a satisfacer las necesidades de tan reducido número de habitantes. En opinión de Ralf Haselhuhn, experto en instalaciones fotovoltaicas de la Sociedad Alemana para la Energía Solar (DGS), la cuenta arroja un resultado positivo a favor del proyecto solar.
“Lo bueno de la energía solar en general es que el consumo se compenetra a la perfección con las radiaciones solares: las horas en las que más energía se necesita son las horas en las que las radiaciones son más fuertes. Especialmente en España, donde los frigoríficos y los aparatos de aire acondicionado funcionan a toda potencia cuando aprieta el sol. Si esos picos de consumo se pueden cubrir con energía solar, ¿por qué no hacerlo?”, dijo Haselhuhn en entrevista a DW-WORLD.
Sol sí, pero no en solitario
Aún así, resulta difícil imaginar la manera de hacer funcionar sólo con energía solar a todo un país. “Eso no tendría sentido”, confirma Haselhuhn el escepticismo, “pero sí sería factible en combinación con otras energías renovables. La DGS ha calculado que, en Alemania, con un tercio de energía eólica, un tercio de fotovoltaica y el resto extraído de la biomasa, el agua, etc., se obtiene una mezcla de energías muy eficiente que permitiría abastecer a todo el país con una superficie de placas solares igual a la del Estado de Berlín”.
Pero, ¿qué sucede con la tierra destinada a acoger las enormes centrales? ¿No agreden éstas también con su misma existencia a la naturaleza que tratan de proteger? “Mire el sur de España, donde los invernaderos se extienden sin fin, donde los terrenos están destrozados por la construcción o agotados por el monocultivo. No creo que en comparación las centrales fotovoltaicas sean un problema. Además, su tamaño se mide en conjunto, contando con los huecos entre placa y placa. E incluso, en suelos tan erosionados como esos, la sombra de los paneles puede servir para que nazcan nuevas plantas y ser una fuente de regeneración”, asegura Haselhuhn.
Impulsada por el cambio climático
Sin embargo, el futuro camina hacia una reducción del espacio necesario para la producción de energía solar. “En los últimos diez años, los paneles solares han aumentado su eficacia del 10% al 20%, reduciendo con ello la superficie requerida para generar energía. El proceso está en marcha, pero se necesita tiempo”, dijo Haselhuhn.
El presente debate sobre el cambio climático contribuye a acelerar la innovación tecnológica, opina el ingeniero. Y es que, no hay que olvidar que centrales como la de City Solar contribuyen al objetivo general, planteado como fin principal de la década que sigue, de reducir las cantidades de gases contaminantes que se vierten a la atmósfera.
“Todas centrales energéticas generan CO2, salvo las que trabajan con energías renovables o con energía nuclear. Eso es un hecho. Y en cuanto a la energía nuclear, se puede estar a favor o en contra pero también ésta es limitada: las reservas de uranio no durarán eternamente y su escasez empieza ya a ser problemática”, recordó Haselhuhn.