Ernesto Cardenal: recuerdos de un sacerdote y marxista
21 de noviembre de 2002Justo dos meses antes de cumplir 78 años de edad, Cardenal se presenta ante uno de sus públicos más fieles, el alemán. Para Cardenal "el capitalismo va en contra de la naturaleza humana" y sigue confiando en el triunfo del socialismo democrático y humanista. También en Alemania se presenta con su inseparable boina negra, a usanza del guerrillero Ernesto Che Guevara.
Un viejo conocido en Alemania
Poeta y "escritor revolucionario", como él mismo se define, Ernesto Cardenal es considerado una leyenda viva de la historia contemporánea Latinaomericana. En Alemania se le aprecia tanto por obras como Epigramas (1961) o su Homenaje a los indios americanos (1969), como por su lucha contra la dictadura del general Anastasio Somoza.
En 1980 fue distinguido con el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes. El premio, otorgado desde 1950, es considerado uno de los galardones más prestigiosos de Europa, con el que se reconoce no sólo la labor intelectual, sino también su compromiso con los derechos humanos y la paz.
Teología y liberación
En la segunda parte de sus memorias, "Las ínsulas extrañas. Memorias 2", Cardenal recuerda etapas como su salida del monasterio trapense de Kentucky en Estados Unidos. Se ordenó sacerdote en 1965 y creó posteriormente en su país la abadía de Solentiname, considerado un poderoso foco de la revolución de la vida cultural y religiosa americana. A través esta comunidad, basada en los principios más elementales del cristianismo, y de su trabajo con la población rural, Cardenal se convirtió probablemente en el más célebre representante de la Teología de la Liberación y Solentimane en uno de sus emblemas.El libro relata sus encuentros con el asesinado Presidente chileno Salvador Allende o con Fidel Castro, sin disimular los ideales políticos que comparte con ellos. A finales de los años 70, la guardia nacional de Somoza destruyó Solentimane. Cardenal había salido poco antes al extranjero para movilizar la ayuda internacional a la causa sandinista. Luego de la expulsión del clan Somoza, Ernesto Cardenal fue uno de tres sacerdotes que integraron el gobierno sandinista, siendo nombrado en 1979 Ministro de cultura de Nicaragua. Pero a mediados de los 90 se distanció del líder revolucionario y posterior presidente Daniel Ortega, a quien llamó "dictador", y de los sandinistas, acusándolos de corrupción, manipulación electoral. Incansable y de firmes convicciones, creó un nuevo partido izquierdista para rescatar sus antiguos ideales.
Principios sólidos
A pesar del final de la Guerra Fría hace más de una década o del 11 de septiembre del 2001, Cardenal permanece fiel a si mismo y a su visión del mundo. Así, cree en la compatibilidad del marxismo y del cristianismo y en contra de todas las tendencias, anuncia el "siglo de un marxismo cristiano" para los próximos 100 años. A finales de los años 80 no habría fracasado el marxismo, sino "el modelo de los partidos estalinistas".
El segundo tomo de sus memorias, presentado ahora en Alemania no abarca temas políticos, sino el vivir la creencia cristiana. Sus vivencias en el mundo de la política así como las experiencias bajo los sandinistas, serán parte de los temas de la tercera parte de sus memorias.