Erotismo y utopía: Gioconda Belli en Alemania
26 de octubre de 2003En este mundo inevitablemente global, que no es el más humano ni el más justo, según la escritora nicaragüense Gioconda Belli, son necesarias más que nunca las voces de personas, no sólo de escritores, que se alcen con una visión humanista para hablar con valentía sobre el peligro que representa la supremacía de las leyes del mercado sobre los derechos y la supervivencia de la raza humana, y sobre cómo lograr que el mercado no termine con el hombre.
"El mercado es una fuerza incontrolable", dice, "que está absorbiendo nuestra energía vital y está creando un mínimo denominador común en la masa, que es muy peligroso, porque atenta contra la democracia". Afirma que la manipulación de los medios de comunicación representa un atentado contra los logros extraordinarios de la humanidad.
La palabra en tiempos de la Internet
Belli está convencida de que la gran mayoría tiene todavía una relación muy especial con la palabra, y esa es la fuerza que no se debe olvidar. Acentúa las posibilidades inexploradas de la Internet, ya que es un instrumento libre, una fuerza, un medio democrático que se encuentra en un proceso de evolución muy interesante. Sueña con un partido de base ecologista a nivel mundial que organice este pensamiento, que una estas fuerzas para lograr así transmitir un mensaje distinto e innovador.
Su relación con Alemania
En el poema "Un mundo sin Hitler", de su nuevo libro, escribe: "¿Cómo habría sido/-sin Hitler-/ esta Alemania a la que ahora me asomo?"..."¿Cuánto se perdió en este país?/¿Qué cantos, qué vitalidad se tragó la culpa?" Como toda habitante de Occidente que ha estado expuesta a la tragedia del Holocausto, y admirando la filosofía, la música y la literatura alemanas, reflexiona sobre cómo fue posible que llegara a suceder algo tan terrible en el país de Schiller y Goethe. Se siente muy cercana a Alemania, y tiene muchos lectores aquí, por lo cual visita este país bastante seguido. Siente que el dolor de la tragedia se ha transformado en solidaridad, en un deseo de lavar las culpas del pasado, y de afirmar la belleza de las nuevas generaciones, que no quieren cargar con un pasado tan oscuro.
El erotismo y la utopía.
El último libro de la autora, "Mi íntima multitud", refleja una visión más madura, incluso maternal del erotismo. Su fuente de inspiración es, según ella, su propia vida. Es interesante la visión de Belli en cuanto a las fases de la vida de la mujer: Usualmente se consideraba, y se considera aún en muchas culturas, la madurez de la mujer como el fin de su vida activa. Luego de veinte años de "vida útil", se llegaba a los cuarenta sintiéndose descartable. En su nuevo libro ella nos habla de la capacidad humana del goce, de la posibilidad ilimitada que tiene el ser humano de gozar y honrar la vida a través de las pequeñas cosas que no siempre vemos ni sabemos apreciar. También sobre la posibilidad de la mujer de encontrar poesía en los cambios vitales por los que atraviesa.
El libro todo es una reflexión gozosa sobre la vida y el amor. La autora abre una perspectiva similar a la de los surrealistas en cuanto a la emocionalidad "orgánica" del ser humano, una emocionalidad que pasa por el cuerpo. Esto no es propiedad exclusiva de la mujer, si bien en el hombre está más reprimida, o coartada. En cuanto a la relación hombre-mujer, cree que debe llegar el momento en que ambos se comuniquen como entes parecidos. Existe un proceso de feminización del hombre, y de "activización" de la mujer, no de masculinización, pero sí de desarrollo de una mayor capacidad para asumir ciertas cualidades llamadas "masculinas". Aquí entra en juego nuevamente la "armonización" de los opuestos. En este sentido la mujer ha luchado con éxito, y podría decirse que la revolución más grande del Siglo XX ha sido la revolución de la mujer, aunque seguramente aún queda un largo camino por recorrer.
El goce erótico, encontrado en el lenguaje del cuerpo y de la poesía, es el que la impulsa a revalorizar lo esencialmente humano, y a recrear la utopía en un mundo que la está olvidando casi por completo. Claro está que reconoce que las utopías deben ser permanentemente revisadas, ya que las nuevas luchas deben abordarse con ideas nuevas.
Nicaragua: el dolor potente del exilio
.La escritora describe su relación con Nicaragua, sonriente, de la siguiente manera: "Yo siempre he dicho que Nicaragua es mi hombre con nombre de mujer." Muchos de sus poemas reflejan la angustia permanente de pertenecer y amar al país lejano, de vivir y sufrir su destino a la par de su gente, confrontada con el devenir de la realidad del país donde le toca vivir sus días.
Los ideales que alimenta hoy para su país: Que la gente gane mayor conciencia de sus derechos y posibilidades, que se luche contra el mal de la pobreza, que aumenta sin cesar, para lograr el bienestar del pueblo con educación, salud, trabajo y vivienda para todos.