Esfuerzos de Europa deben generar proceso paz en C. Oriente
25 de agosto de 2006La visita de la canciller alemana, Angela Merkel, a Francia tenía un motivo histórico: celebrar con honores a Charles de Gaulle, junto con el presidente francés, Jacques Chirac, 62 años después de la liberación de París del régimen nazi.
Los jefes de Estado que pretendían rememorar el fin de una guerra tuvieron empero que ocuparse de otra, de la librada recientemente entre Israel y las milicias Hezbolá en Líbano. Esta última un guerra que, en realidad, es un conflicto en continuo desarrollo.
Chirac no desaprovechó la oportunidad para justificar su voluble posición frente al plan de Naciones Unidas de emplazar 15.000 Cascos Azules en el sur del Líbano. Según el mandatario, él no está muy seguro de que se necesiten tantos efectivos para ampliar la ya existente UNIFIL.
Como una “exageración” calificó Chirac la cifra, si se tiene en cuenta que a éstos soldados se sumarían otros 15.000 soldados libaneses y que el tamaño del territorio tiene la mitad de la extensión de un departamento francés.
Este mismo 25 de agosto, los ministros de Exteriores de la Unión Europea debatieron en Bruselas sobre los aportes de la Unión a UNIFIL. En este contexto, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Philippe Douste-Blazy, dijo que la contribución de Europa para la fuerza de paz de la ONU en el Líbano sería de entre 6.500 y 7.000 soldados.
En cuanto a Francia y para sorpresa de todos, Chirac había informado el día anterior que el contingente galo será mayor de lo expresado en Nueva York. El antiguo poder colonial del Cercano Oriente está ahora dispuesto a enviar 2.000 hombres y mujeres al sur del Líbano.
Italia empero, con 3.000 oficiales, sigue siendo el país que aporta la mayor cantidad de efectivos. Por eso no es de extrañar que el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, favorezca el liderazgo de Roma, como ha sido reclamado por el Gobierno italiano.
Merkel y Chirac: esfuerzos de UE deben que traducirse en soluciones
Annan continúa expresando su convicción de que obtendrá su meta de reunir 15.000 efectivos comprometidos en la pacificación del sur libanés.
Merkel, por su parte, parece estar en una posición “más cómoda” con la oportuna oferta de ayudar a velar por la paz en mar y aire en la región. Chirac y la canciller alemana estuvieron, de todos modos, de acuerdo en que esta misión no puede verse como una acción aislada.
En ese tenor Merkel y Chirac esperan una mejor cooperación del Gobierno sirio, sin el cual la paz regional sería improbable. De lo que se desprende que los esfuerzos que emprende Europa tienen que traducirse en un proceso de paz que resulte en soluciones para los conflictos del Oriente Próximo.
Israel debe acabar con bloqueo al Líbano
Al término del encuentro binacional, Merkel y Chirac no dudaron en exigir de Israel que termine con el bloqueo aéreo y marítimo del Líbano, como lo contempla la resolución de la ONU. Mientras Chirac calificó el bloqueo de “injusto” con el pueblo libanés, Merkel recordó que sólo si los partidos en conflicto cumplen, “el ejército alemán podrá velar por el embargo de armas”.