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Esperando a Godot

9 de julio de 2002

El desempleo en Alemania sigue sin mejorar. La campaña electoral entra en su fase definitiva y se concentra sobre el talón de Aquiles del canciller Schröder: el mercado laboral.

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El paro se agrava.Imagen: AP

Las previsiones de los pesimistas parecen confirmarse. El Oficina Federal del Trabajo publicó hoy las cifras del desempleo para el mes de junio y provocará así alguna noches de insomnio para el canciller Gerhard Schröder. Las cifras indican, que el número de parados ha aumentado en 40.000 personas con respecto al mes pasado. Actualmente son 3.954.000 las personas sin trabajo, 200.000 más que en junio del 2001. La tasa de desempleo se mantiene en 9,5%.

Estos datos son especialmente preocupantes para Schröder, ya que las estadísticas laborales forman el eje del debate político en Alemania en este año electoral. El canciller socialdemócrata se juega su reelección, pues subió al poder en 1998, prometiendo reducir el número de parados a 3.500.000 este año.

Promesas no cumplidas

La oposición conservadora de la unión cristianodemócrata y el pequeño partido liberal saben, que sus expectativas de poder sustituir a la coalición socialdemócrata-verde en las próximas elecciones del 22 de septiembre, no son malas. En los sondeos, la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y la hermanada Unión Social Cristiana (CSU), liderada por su candidato Stoiber, siguen manteniendo una pequeña ventaja sobre el SPD.

"Somos el vagón de cola en Europa en lo que se refiere a la reducción del desempleo" repite el candidato Stoiber, sabiendo que este es el talón de Aquiles de Schröder. La falta de crecimiento económico, la promesa no cumplida de reducir el número de desempleados por 500.000 y el aumento de la regulación del mercado laboral, son las armas con las que la unión conservadora quiere reconquistar el gobierno después de 4 años de ausencia.

El canciller carismático

Schröder por su parte se muestra claramente a la defensiva. Intenta alegar, que con estas cifras de desempleo Alemania no se encuentra tan sola en la cola del vagón, sino en buena compañía con países como Francia y España. Además acusa a su contrincante conservador de proponer soluciones para el mercado laboral imposibles de financiar.

Los dos candidatos no parecen tener recetas convincentes para luchar contra el desempleo y confían en una mejora de la economía internacional liderada por los EE.UU..

Schröder confía que podrá eclipsar a Stoiber en los debates televisivos. Según los sondeos, de hecho, es más popular que el primer ministro bávaro. Este capital personal podría ser decisivo el 22 de septiembre. Mientras tanto los parados en Alemania tendrán que vivir esperando...