Estado alemán bajo presión por el “caso Amri”
30 de diciembre de 2016Este jueves (29.12.2016), la investigación del atentado contra un concurrido mercado navideño de Berlín, perpetrado el pasado 19 de diciembre, se complicó en más de un sentido para las fuerzas de seguridad y el Ministerio del Interior de Alemania: por falta de pruebas en su contra fue liberado el segundo imputado de colaborar con Anis Amri, el presunto autor material del atentado; el primer sospechoso de haber matado a doce personas y herido a 55 dejó mal parados al ministro Thomas de Maizière y a la Policía local al hacer públicas las condiciones y secuelas de su detención; y las fracciones opositoras en el Bundestag manifestaron su interés en conformar una comisión para investigar los errores que permitieron que Amri, vigilado con anterioridad por los servicios de inteligencia, desapareciera de sus radares.
La Fiscalía federal de Alemania puso en libertad a un ciudadano tunecino que había sido arrestado este miércoles (28.12.2016) con miras a definir la naturaleza de su vínculo con Amri, también tunecino. Su número telefónico había quedado registrado en el teléfono móvil de Amri, hallado por la Policía en el camión que embistió al mercadillo berlinés de Breitscheidplatz. La prensa local reportó que Amri había enviado mensajes de texto y fotos –presuntamente a colaboradores u otros extremistas– hasta diez minutos antes del atentado, pero las autoridades no han confirmado esa información y las agencias de noticias no proveen mayores detalles al respecto. "Las últimas investigaciones han demostrado que el detenido no era la persona de contacto de Anis Amri y, por lo tanto, fue puesto en libertad”, dijo Frauke Koehler, vocera de la Fiscalía.
El primer arresto y sus secuelas
En su edición de este jueves (29.12.2016), el diario británico The Guardian publicó una entrevista exclusiva con Navid Baloch, el ciudadano pakistaní de 24 años que la policía alemana y el ministro De Maizière identificaron como primer sospechoso de haber llevado a cabo el ataque de Berlín. Aunque a primera vista Baloch y Amri sólo tienen en común la edad y el hecho de no ser blancos, el primero fue detenido, según su testimonio, por haber llamado la atención de la Policía al "cruzar la calle corriendo”. Baloch menciona que le vendaron los ojos, dos oficiales "hincaron sus talones sobre mis pies”, pusieron "gran presión sobre mi cuello”, "comenzaron a abofetearme” cuando se resistió a ser desnudado y apenas le ofrecieron alimento durante la noche y los dos días que pasó en una celda.
Baloch dice haber dormido sobre una superficie de madera sin colchón con las manos atadas detrás de la espalda y ofrecido declaraciones sin la presencia de un traductor que hablara su lengua, el baluchi, uno de los nueve idiomas oficiales de Pakistán. Su intérprete sólo dominaba el panyabí y el urdú, que Baloch apenas entiende y articula. Tras ser liberado, Baloch fue llevado a un hotel; la Policía le advirtió que no debía abandonarlo sin aviso previo ni regresar al asilo de refugiados donde se estaba alojando tras llegar a Berlín porque allí podría ser objeto de las agresiones de extremistas de ultraderecha o incluso de compatriotas: desde que De Maizière mencionó públicamente su nombre y su nacionalidad el 20 de diciembre, muchos siguen creyendo que él está relacionado con el ataque y en su país se corrió la voz de que había manchado la reputación de Pakistán.
Certezas y sospechas
Bajo presión para ofrecer información certera en el menor tiempo posible, la Fiscalía General de Alemania enfatizó este 29 de diciembre que consideraba auténtico un video en el que Anis Amri dice ser miembro del autoproclamado Estado Islámico. La grabación audiovisual donde Amri le jura lealtad al líder de esa milicia terrorista, Abu Bakr al Bagdadi, y promete vengar la sangre vertida de los musulmanes fue publicada por la agencia de propaganda de Estado Islámico cuatro días después del atentado de Berlín. Además, el Ministerio Público germano aseguró que el arma usada por Amri para disparar contra un policía en Italia tenía las mismas características –calibre 22– que la utilizada para matar al conductor del camión secuestrado y estrellado contra el mercadillo navideño berlinés.
La Fiscalía también arrojó algo de luz sobre la huida de Amri: los investigadores hallaron en la mochila del presunto atacante un billete de tren de Chambery (Francia) a Milán (Italia) y una tarjeta SIM que había sido repartida gratuitamente en el macro de una promoción en los Países Bajos. "Esto indica que podría haber viajado a Holanda”, agregó la portavoz del Ministerio Público sin confirmar del todo las pistas ofrecidas por diversos medios de comunicación, basadas en grabaciones hechas por cámaras de seguridad. La prensa apunta a que Amri puede haber estado en la ciudad holandesa de Nimwegen y la francesa Lyon el 21 y el 22 de diciembre, antes de viajar a la italiana Milán, donde terminó siendo abatido a tiros por la Policía. Adicionalmente, periódicos como el muniqués Süddeutsche Zeitung constataron que Amri ya había estado en la mira de las autoridades alemanas.
Errores que traen a la memoria el "caso NSU”
Al parecer, en el Centro Común para la Defensa contra el Terrorismo (GTAZ) de Berlín se habló de Amri en al menos siete ocasiones entre febrero y noviembre de este año. Portavoces de las fracciones parlamentarias de los partidos opositores La Izquierda y Los Verdes han advertido que si el Gobierno de coalición no se pronuncia clara y rápidamente sobre lo que los servicios de inteligencia sabían sobre Amri antes del ataque de Berlín, ellos solicitarían la creación inmediata de una comisión para investigar los errores que llevaron a que el presunto autor del atentado dejara de ser vigilado por los expertos en prevenir actos políticamente extremistas. Algunos políticos señalan que las omisiones descubiertas traen a la memoria aquellas que permitieron la actuación impune de la célula terrorista Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU) entre 1999 y 2007.
Evan Romero-Castillo ( dpa / EFE / Deutschlandfunk / Der Spiegel / The Guardian )