Estados Unidos y Alemania: un distanciamiento cotidiano
2 de junio de 2019Tres banderas ondearon este viernes pacíficamente con la brisa en la Cancillería Federal: la estadounidense, la alemana y la europea.
Fue casi como viajar a décadas pasadas, cuando la capital alemana era prácticamente una ciudad estadounidense. Pero la apariencia fue engañosa: casi nada está saliendo bien en las relaciones oficiales entre Estados Unidos y Alemania.
No hay tiempo para visitar Alemania
Pompeo ha visitado 40 países desde que asumió el cargo. Sin embargo, nunca había encontrado tiempo para Alemania hasta ahora. Hubo una visita programada hace unas semanas, pero Pompeo la canceló porque tuvo que hacer un viaje repentino a Irak.
Tal afrenta a Alemania, formalmente un aliado muy cercano, habría sido impensable hace unos años.
Naturalmente, se observaron sutilezas diplomáticas. Hasta ahora, Pompeo no ha adoptado el tono presuntuoso característico de su presidente cuando visita Alemania.
Fue sirvió como un recordatorio nostálgico de aquellos viejos y mejores tiempos cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, la canciller Angela Merkel y Pompeo enfatizaron valores compartidos. Incluso cuando Pompeo recordó su tiempo de servicio como soldado estadounidense en Alemania.
Pero luego las áreas de conflicto salieron a la superficie: Irán, Siria, el gasoducto Nord Stream 2, el presupuesto de defensa alemán, las relaciones con China. Buscar un tema donde no haya conflicto sería buscar en vano. Aún peor es la impresión de que este distanciamiento se ha vuelta una rutina.
Todas las partes hicieron todo lo posible para enfatizar que están constantemente en contacto. Pero tener que hacerlo simplemente resaltó la ausencia de algo significativo que ofrecer en este momento.
La canciller alemana dejó ver sus verdaderos sentimientos hacia el Gobierno de Estados Unidos en un discurso que pronunció en Harvard el jueves.
Fue una petición apasionada por el multilateralismo, la protección del clima, el predominio de los hechos sobre las mentiras. Merkel no mencionó ni una sola vez al presidente Donald Trump, pero la referencia fue evidente en cada oración.
Viviendo en diferentes planetas
Innumerables contactos personales están actualmente retrasando la relación transatlántica; es decir, los intercambios comerciales y culturales. Sin embargo, en realidad los gobiernos respectivos viven en planetas diferentes.
Y Berlín apenas tomó nota de que el secretario de Estado estadounidense estaba en la ciudad. Tales visitas solían ser un gran evento. Para bien o para mal, siempre fueron acompañadas por feroces protestas en el pasado. Pero nunca hubo tal falta de interés en un huésped que viene de Washington.
Ahora, no obstante, el distrito del gobierno en Berlín se hace eco del sonido del silencio. Las cosas sólo pueden mejorar.
rrr/dg
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