"Estamos muy lejos de alcanzar una sociedad justa'"
1 de mayo de 2010Berlín pasó la noche en calma. En la capital alemana no se reportaron incidentes de gravedad previos a las tradicionales manifestaciones del primero de mayo en Alemania. Sin embargo, unos 7.000 policías de diversos estados federados alemanes se encuentran en alerta y, sobre todo, intentan mantener bajo control tanto a un contingente ultraderechista estimado en 3.000 personas, así como a 10.000 manifestantes de izquierda.
A estos últimos se han sumado grupos civiles que conforman la iniciativa “Primero de mayo sin nazis”, y que buscan bloquear la marcha de los extremistas de derecha. En el distrito berlinés de Prenzlauer Berg, 1.000 personas se manifestaron en contra de la violencia racista y xenófoba.
Sin embargo, la tensión se concentró sobre todo en el barrio de Pankow. Ahí, la policía trataba de impedir choques entre ultraderechistas y grupos radicales de izquierda que también tienen planeado llevar a cabo su propio acto este sábado: la llamada “Manifestación revolucionaria del primero de mayo”.
Concurso de violencia
En años anteriores, los choques entre ultraizquierdistas y ultraderechistas han derivado en actos de violencia, sobre todo en Berlín y Hamburgo. “Cada año, estos grupos se confrontan en la capital alemana, en una especie de concurso de violencia”, dijo a Deutsche Welle Olaf Sundermeyer, autor que ha escrito libros acerca del movimiento neonazi.
En Hamburgo, la “noche de las brujas” no transcurrió libre de violencia. Grupos radicales de izquierda protagonizaron disturbios en la zona de Schanzenviertel, en los cuales resultaron heridas cerca de 20 personas. Sujetos encapuchados, pertenecientes a los grupos conocidos como “autónomos”, prendieron fuego a basureros y lanzaron piedras y botellas a los policías que los llamaban al orden.
La policía del puerto hanseático se mantenía alerta este sábado ante la posibilidad de choques entre grupos antagonistas de manifestantes.
Una sociedad injusta
En ciudades como Solingen, Zwickau y Dresde se llevan a cabo manifestaciones ciudadanas contra la extrema derecha. En otras partes de Alemania también se recordó el significado social del primero de mayo como Día del Trabajo.
En Essen, asociaciones sindicales y eclesiásticas demandaron una mayor dignificación del ser humano como parte del mercado laboral. Michael Sommer, presidente de la Federación Alemana de Sindicatos, afirmó que “a las mujeres les es robada parte de su dignidad al recibir menores sueldos.”
El líder sindical advirtió asimismo acerca de recursos como los contratos laborales de corta duración, o los llamados “mini-jobs”, con los cuales los trabajadores reciben una paga mínima. “En Alemania hay un déficit de cinco millones de puestos de trabajo socialmente responsables”, dijo.
Sommer consideró que “el Estado social está siendo atacado por los liberales. Estamos muy lejos de alcanzar una sociedad realmente justa.”
EL/dpa/reu/epd
Editora: Claudia Herrera Pahl