¿Buena inversión?
11 de junio de 2012Como decía el entrenador alemán Otto Rehhagel, lo importante en el el fútbol ocurre en el partido. Todo lo demás es secundario. Pero esta máxima no parece ser importante desde el ámbito económico, para el cual lo que sucede en el juego no es tan relevante.
El economista especializado en deporte, Markus Kurscheidt, de la Universidad de Bayreuth, en el sur de Alemania, investiga desde hace años la relación entre fútbol y desarrollo económico. “Pocos estudios científicos comprueban un efecto sustancial sobre la economía en general. Aunque esos efectos tienen lugar, no son tan grandes como uno quisiera".
Por ejemplo, durante el Mundial de 2006 en Alemania, cuando sonaron las cajas en los bares, en los comercios y en las empresas de transportes, el gran evento deportivo se reflejó con un aumento de 0,13 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, lo que gastaron los consumidores nacionales en souvenirs, en banderitas, trompetas y cerveza lo ahorraron, por ejemplo, en las vacaciones.
Eso sí, “se gana con la visita de turistas y extranjeros”, dice Kurscheidt. “Ellos traen dinero fresco y ése es el efecto central de este tipo de eventos deportivos”.
La imagen es decisiva
Las inversiones en infraestructura, en cambio, tienen un efecto moderado. Por ejemplo, la construcción de calles, estadios y la fabricación de autobuses son inversiones que de cualquier manera hay que hacer en algún momento. Tendrían que hacerse en años posteriores. “Sin embargo, vale la pena hacerlas con motivo de un gran evento deportivo”, según el banquero de Hamburgo, Jörn Quitzau.
“Estos costos son redituables cuando en el futuro tendrán una utilidad concreta", agrega Quitzau. “Igual sucede cuando se renuevan aeropuertos, estaciones de tren o autopistas. Son inversiones en infraestructura de las que la economía y la población se beneficiará por mucho tiempo”, dice.
Quitzau, funcionario del Banco Barenberg de Hamburgo, investiga también sobre cómo los grandes eventos futbolísticos se reflejan en la economía en general. “
Lo que está en primer plano no es el aumento en el consumo ni la mejora de infraestructura, sino una cuestión totalmente diferente”, afirma. “Desde mi punto de vista, el principal beneficio es que el país anfitrión se presenta a la comunidad internacional y hace así publicidad a su favor. Eso puede tener un efecto positivo en la confianza hacia dicho país y también puede reflejarse en mayores ventas”.
Esto, siempre y cuando los juegos estén bien organizados. Así, la Eurocopa en Polonia y Ucrania podrá tener como resultado que los aficionados vuelvan después como turistas o inversionistas. Por cierto, también las bolsas reaccionan al desarrollo del torneo. Cuando es eliminado un equipo, a menudo caen las acciones del país en cuestión. Eso se debe a que los ánimos en el país empeoran, así como los de los corredores de bolsa.
Pero lo curioso es que cuando una selección gana las acciones no repuntan, sino que el triunfo es interpretado por los analistas como un pequeño paso hacia la copa, pues quedar en el camino en la próxima ronda es algo que todavía puede suceder. Sólo cuando se gana la final el júbilo es tan grande que el índice bursátil sube con él, confirman los especialistas.
Autor: Michael Hartlep/ EU
Editora: Rosa Muñoz Lima