Europa, a la espera de una oportunidad en Cuba
6 de marzo de 2008Una delegación de la Unión Europea, dirigida por el comisario Louis Michel, visita la Habana para sondear el ambiente político que se respira en Cuba después de que Fidel Castro dejara el cargo que detentó por casi medio siglo y asumiera la presidencia su hermano Raúl. ¿Mejorarán las condiciones para normalizar los vínculos con la isla? ¿Seguirá todo como hasta ahora? A estas y otras interrogantes respondieron Thiago Arago, investigador del Centro de Política Exterior, con sede en Londres, Juan Díaz, director de un proyecto financiado por el ministerio de RR.EE. alemán para la búsqueda de solución de conflictos, y Karen Smith, profesora de relaciones internacionales de la Escuela de Economía de Londres.
DW-WORLD: ¿Se perfilaron pasos hacia una mejora en las relaciones entre la UE y Cuba hacia el término del gobierno de Fidel?
Thiago de Arango: La relación siempre ha sido superficial. La única diferencia corresponde a la realción entre Cuba y España, que ha sido más profunda debido a los lazos históricos. España siempre ha incentivado las conversaciones, con la esperanza de lograr una apertura democrática. En cierto modo, conversar con Fidel era más fácil que hablar con Raúl, dado que Fidel es una figura más diplomática. Por otro lado, Raúl reconoce la necesidad de ciertos cambios para asegurar el futuro de Cuba. Con Fidel era más fácil hablar, pero era difícil convencerlo, y creo que con Raúl será a la inversa.
¿Ha actuado la UE en la línea de Estados Unidos con respecto a Cuba?
T. de A.: Pienso que la política de la UE con respecto a Cuba está en parte ligada a la de Estados Unidos. En términos de valores democráticos, la Unión Europea y Estados Unidos van de la mano. Por otra parte, la política practicada por Estados Unidos es un legado de la Guerra Fría. La proximidad de Cuba ha significado un tipo de relación diferente a la que la Unión Europea tiene con Cuba. Además, la cantidad de cubanos inmigrantes que se encuentran en Estados Unidos es razón suficiente para configurar una política exterior distinta a la europea. La UE siempre ha dado apoyo moral a Estados Unidos, pero muy poco respaldo efectivo.
Juan Díaz: La Unión Europea no ha adoptado la postura de Estados Unidos, pero está interesada en evitar en lo posible una irritación en las relaciones transatlánticas. La Unión Europea en realidad tiene sus propias ideas acerca de Cuba.
Karen Smith: La Posición de la UE no está en una línea con la de Estados Unidos. La Unión Europea se ha opuesto firmemente a la aplicación extraterritorial de sanciones contra Cuba. No obstante, su política con respecto a La Habana está necesariamente vinculada a la línea de Washington, predominante en la región, y ello también obedece a que los países miembros de la UE no desean perjudicar sus buenas relaciones con Estados Unidos debido a un asunto como Cuba.
¿Ve la UE en el retiro de Fidel Castro una oportunidad para fortalecer las relaciones y presionar por más democracia en Cuba?
T. de A.: Creo que todos están viendo esto como una oportunidad para fortalecer las relaciones y presionar por democracia. Durante los últimos 50 años, aprendimos que Fidel Castro era un tenaz negociador, y realmente creía en la causa que estaba defendiendo. Cuando se retiró, el mundo lo vio como una renovada oportunidad de relanzar conversaciones y mantener expectativas de una apertura democrática. Debemos recordar que él se ha retirado, pero no ha muerto. Aunque esté alejado del sillón presidencial, sigue decidiendo. El piloto del barco puede haber cambiado, pero el curso de navegación sigue siendo el mismo.
KS: Su retiro ha estado en el tablero por un tiempo. Pero ¿ofrece una oportunidad de cambio? Quizás lentamente. Pero también podría ser visto como una oportunidad para no tener que presionar demasiado fuerte en pro de la democracia, dado que está en marcha allí un proceso de liberalización que no se quiere entorpecer. En cambio, lo veo como una oportunidad de fortalecer los lazos económicos, lo cual se justificaría con el argumento de que el crecimiento económico y la liberalización conducirían eventualmente hacia una mayor liberalización política. En todo caso, la política de la UE dependerá sin duda del desenlace de las elecciones en España, la mayor fuerza impulsora de cualquier política europea respecto a Cuba.
¿Es una Cuba democrática la meta principal de la UE? ¿Cómo puede beneficiarse de un cambio ideológico cubano? ¿Tiene la UE otra agenda?
T. de A.: En términos económicos, Cuba representa muy poco para la UE, Estados Unidos, China, Brasil y otras potencias. El principal interés es definitivamente la promoción de la democracia. Debemos recordar que Cuba es rica en recursos mineros, aunque su exploración muy amateur. Quizá un relajamiento de las restricciones podría atraer a compañías mineras extranjera. Aparte de una posibilidad de democracia, tal vez el mayor interés radique actualmente en el acceso a los cigarros habanos.
JD: Creo que la UE busca apoyar a los cubanos a desarrollar su sociedad y piensa que los valores democráticos, el respeto de los derechos humanos y la libertad económica son parte de ese desarrollo. De cualquier forma, los europeos no creen necesariamente que las sanciones sean el medio más adecuado para lograr tales metas.
KS: En un nivel retórico, sí, la UE quiere una Cuba democrática. Pero, en la práctica, no ha presionado en forma suficientemente fuerte y no ha querido que se la vea muy cercana a la dura posición de Estados Unidos. La UE se beneficiaría por el hecho de eliminar un tema que provoca ciertas tensiones con Washington y también ganaría oportunidades comerciales.
¿La entrega de las riendas a Raúl Castro abre nuevas perspectivas?
T. de A.: Es el comienzo de una nueva era. Lo más importante de la salida de Fidel es el incremento de las responsabilidades gubernamentales que tendrá el vicepresidente Carlos Lage. Creo que éste es el hombre en el que hay que poner la atención, no Raúl Castro. Lage ha controlado por años las operaciones de la maquinaria gubernamental. Fidel, en la mayoría de los casos, actuó como la “reina de Inglaterra” de Cuba. Dado que Raúl es menos carismático que Fidel, Carlos Lage tendrá una mayor actuación en esta fase. Lage es más moderno y admira mucho el modelo chino. Si se produce una reacción popular contraria a Raúl, Lage ganará poder y fuerza.
¿Qué implica Raúl Castro para el futuro papel de Cuba en el mundo? ¿Representa la misma obstinada resistencia al cambio y a la oposición que encarnaba Fidel o podría ser en algún sentido reformista?
T. de A.: No creo que represente la misma obstinación que su hermano. Raúl sabe que el mundo de hoy es diferente. Fidel es el monarca de un reino que fracasó en lograr sus metas. La amplia mayoría del mundo lo sabe. Raúl representará más la imagen de un melancólico pasado que la posibilidad de un futuro socialista. Será como el dueño de un negocio de beepers en la era de los teléfonos celulares. Puede que la gente sea nostálgica, pero eso no significa que los seguirá comprando.
¿Qué es lo que se propone la delegación europea con este viaje a Cuba?
T. de A.: Ellos esperan poder comprender la nueva estructura del gobierno cubano. Se plantearán cuestiones como ¿en qué medida sigue siendo el jefe Fidel? ¿Qué piensa la opinión pública de Raúl? ¿Cuán moderno y eficiente es Carlos Lage? ¿Cómo se maneja la población en este nuevo período? Creo que esas son las interrogantes claves que los representantes de la UE intentarán responder.
JD: Creo que el mayor objetivo de la delegación de la UE es reemprender un diálogo constructivo con Cuba.