Europa del Este, esperando el frenazo alemán
20 de agosto de 2019La economía alemana, la cuarta más grande del mundo, exhibió los primeros síntomas de depresión en mucho tiempo en el segundo trimestre de 2019. Y, al contraerse en un 0,1 por ciento, redujo considerablemente la tasa de crecimiento promedio de la eurozona: del 0,4 por ciento, en el período enero-marzo, al 0,2 por ciento. Si se sigue mostrando abatida cuando termine el verano boreal, será declarada en estado de recesión; ese es el diagnóstico que suelen hacer los especialistas de las economías tras dos trimestres seguidos de contracción.
Las probabilidades de que la economía alemana siga perdiendo impulso son grandes y eso inquieta a más de un Gobierno en Europa del Este. Aunque se dice que el auge de los mercados internos en las economías europeas orientales está fomentando su independencia de las occidentales, está por verse si éstas sobrellevan el frenazo alemán y contribuyen a impedir que la eurozona se ralentice. Las exportaciones llevan casi la mitad de la economía alemana sobre sus hombros y las ganancias que generan tienden a ser invertidas en Europa del Este.
La influencia alemana
Según el Centro para la Reforma Europea, el Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, la República Checa y Eslovaquia) se convirtió en el principal socio comercial de Alemania –incluso más importante que China y Estados Unidos– tras su integración a las cadenas de suministro de la Unión Europea. Aunque el crecimiento económico de los países de Europa Central y Oriental ha sido mayor que el de los de Europa Occidental últimamente, la pérdida de tracción de los últimos amenaza con aguarle la fiesta a todo el continente.
Zoltan Arokszallasi, analista del Erste Bank en Hungría, señala que las economías de Europa Central y Oriental dependen mucho de la alemana; entre el veinte y el treinta por ciento de sus exportaciones van a dar a territorio germano. "No obstante, esa región se ha estado mostrando resiliente de cara a la ralentización de la economía alemana. Eso sugiere que el aumento de los salarios, del consumo doméstico, de las inversiones y de los estímulos financieros europeos está surtiendo efectos positivos”, agrega el experto.
El impulso que da la UE
La rigidez del mercado laboral es un rasgo típico de los países de Europa Central y Orienta; la escasez de mano de obra ha propiciado el aumento de los sueldos y, consecuentemente, la adquisición de hipotecas y automóviles nuevos en numerosos hogares. Por otro lado, la transferencia de fondos comunitarios le ha permitido a los Gobiernos de Polonia y Hungría incrementar su gasto público. Es poco probable que esta tendencia cambie en Polonia, donde tendrán lugar elecciones generales en octubre.
A Eslovaquia no le ha ido tan bien porque su economía, basada en la exportación de bienes manufacturados, está demasiado ligada a la alemana. "Eslovaquia está sintiendo los embates de la ralentización global y de la estagnación económica de Alemania, nuestro socio comercial más grande”, le comentó el analista Michal Lehuta, del VÙB Banka, en entrevista con la agencia de noticias Reuters.
( erc / jov )
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