Europa en la encrucijada
7 de octubre de 2008Aunque obligado por las circunstancias, el camino parece claro: los 27 países miembros se apresuran a pactar medidas para afrontar la crisis con las mismas armas que el vecino. Habrá una garantía común mínima para toda la Unión Europea (UE) sobre los fondos bancarios.
El objetivo, evitar una fuga de capitales entre países de la UE, después que Irlanda y Alemania pactaran garantizar el 100% de los fondos en sus respectivos Estados.
La propuesta pasa por elevar el mínimo de capital garantizado de 20.000 a 50.000 euros por cuenta en caso de quiebra bancaria. Toda medida es poca cuando se trata de llevar la tranquilidad a los ahorradores y devolver la confianza perdida a las bolsas.
¿Todos europeos, todos iguales?
Curiosamente, en la carrera por regular los mercados los políticos liberales europeos parecen partir de la primera fila. Como mínimo, si hacemos caso de las declaraciones de Graham Watson, presidente del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa. En una entrevista con Deutschland Radio, Watson ha hecho un llamamiento a los Estados miembros de la UE a encontrar una “solución común” a la crisis financiera.
“Normas comunes”, “solidaridad” o “regulación”, todas ellas expresiones que puestas en boca de un político liberal pueden sonar extrañas si no fuera porque el terremoto que se vive en los mercados financieros ha obligado a más de uno a cambiar de parecer. Como ejemplo, un botón: Estados Unidos y el plan de rescate de 700.000 millones de euros aprobado por el Congreso para superar la crisis en el marco de una economía que se jacta de su falta de intervencionismo.
¿Es necesaria una solución común?
Al margen de los políticos y su protagonismo ante la debacle financiera, cabe trasladar la pregunta a los realmente expertos: los economistas. Deutsche Welle habló con el responsable de coyuntura del Deutsche Institut für Wirschaftsforschung (DIW), el Instituto Alemán de Investigación Económica, Christian Dreger. A su parecer, realmente es necesario alcanzar una “armonización del mercado financiero para garantizar que dispongamos de un sistema más eficiente”.
Ante esa perspectiva, no hay otra salida que “regular” el mercado con el objetivo de que las condiciones sean iguales para todos. Dreger asegura que “hay que velar por la integración del mercado financiero” y porque en todos los países reinen “las mismas condiciones”. Eso sí, intervención con límites. A diferencia del europarlamentario Watson, Dreger no cree que sea necesario un pacto de rescate a nivel europeo para los bancos afectados por la crisis. Por lo menos, no de momento. Eso sí, Dreger exige “más responsabilidad por parte del sistema” y, sobre todo, “más capacidad de reacción”.
¿Ante una hecatombe?
También pide el responsable de coyuntura del DIW más serenidad. A diferencia de Watson, que en declaraciones a Deutschland Radio aseguró que teme “una catástrofe”, Dreger es partidario de diferenciar entre la situación existente a uno y otro lado del Atlántico. “No es comparable la situación en Estados Unidos y en Europa”, afirma, para añadir: “una cosa es la crisis financiera y otra es cómo esa crisis se traslade finalmente a la economía”.
De recesión no se puede hablar, ni mucho menos, todavía. Según Dreger, ni siquiera en Estados Unidos. Un menor crecimiento económico hay que darlo por seguro. Al margen de jornadas de caídas espectaculares en las bolsas, son los efectos a mediano y largo plazo los que determinarán la auténtica gravedad de la crisis.