Europa quiere mantener a Grecia en la eurozona
21 de enero de 2015“Grexit” se llama a una posible salida de Grecia de la eurozona (del inglés “to exit”, salir, y Grecia). Sea cual sea el resultado de las elecciones del próximo domingo (25.01.2015), la Unión Europea (UE) desea que los griegos sigan utilizando el euro como medio de pago. También el partido de izquierda Syriza, si gana las elecciones y forma gobierno, debe cumplir con los compromisos firmados por Grecia, dice Wolfgang Schäuble, el ministro de Hacienda de Alemania. Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión de la UE, subraya también: “La cuestión no se plantea. Grecia no abandona la eurozona y tampoco se le pide que lo haga”.
Bruselas está dispuesta a cooperar con todo Gobierno griego elegido. Más teniendo en cuenta que Syriza dice también no estar interesada en abandonar el euro. Un recorte de deuda realizado en forma unilateral por Grecia sería, por otro lado, muy problemático, porque el país perdería el acceso a los mercados financieros internacionales. Además, acreedores privados ya condonaron a Grecia en marzo pasado 100.000 millones de euros. El resto de las deudas, 320.000 millones de euros, están hoy en manos sobre todo de acreedores públicos y Estados.
Syriza quiere ahora negociar
En caso de acceder al Gobierno, Syriza quiere ahora negociar con los otros países de la eurozona. No siempre fue así. Hace un año impulsaba decididamente una salida unilateral de Grecia de la eurozona. Sobre qué quiere negociar concretamente, sin embargo, no está claro todavía. Michael Noonan, el ministro de Hacienda de Irlanda, advierte que si se renegocia y reestructura la deuda de Grecia, también habría que renegociar y reestructurar las deudas de Irlanda y España. Ambos países, al igual que Chipre y Grecia, recurrieron al Mecanismo Financiera de Estabilización de la UE para evitar la bancarrota estatal y no aceptarían seguramente un trato desigual.
Por otra parte, si Grecia dejara de pagar unilateralmente sus deudas, las consecuencias serían graves, dice el economista Guntram Wolff: “Eso significaría que el Banco Central Europeo (BCE) no le daría más crédito a Grecia. Sin liquidez, Grecia estaría de facto fuera de la eurozona.” La entonces necesaria introducción de una moneda propia supondría simultáneamente una fuerte devaluación. Los productos griegos se abaratarían en el exterior y los productos importados se encarecerían enormemente. “Pero eso no ayudaría mucho a la economía griega, ya que el país exporta relativamente poco”, dice el economista. Y agrega que “los problemas estructurales de Grecia son demasiado grandes como para que el país pueda aumentar mucho las exportaciones; ese argumento es, por lo tanto, muy débil”.
Ablandar las condiciones
“Al final, la UE debe llegar a un compromiso con Atenas, ablandar algo las condiciones y prorrogar la devolución de los créditos hasta más allá de 2050”, explica Wolff. Una salida de Grecia de la eurozona con anuencia de la UE tampoco es muy probable, porque también en ese caso los países acreedores perderían su dinero, lo mismo que en el caso de un recorte unilateral de deuda.
Es difícil predecir si los restantes 18 países de la eurozona podrían controlar las consecuencias de una salida de Grecia de la eurozona. “Personalmente creo que la señal enviada a los mercados financieros sería muy negativa: que el euro no es estable, que no se logra mantener a todos los países dentro de la eurozona y que políticamente tampoco se está a dispuesto a hacerlo”, agrega Wolff. Christine Lagarde, la directora ejecutiva del FMI, también aboga por la permanencia de Grecia en la eurozona y por que el país pague sus deudas: “Reflexiones en conjunto son bienvenidas, pero al final las deudas hay que pagarlas”. Mucho indica entonces que no habrá una solución radical al problema de la deuda de Grecia, como se auguraba hasta hace poco, sino que será una solución negociada y con matices.