Europa y América Latina ante la expansión de los desiertos
17 de junio de 2008La desertificación amenaza las condiciones de subsistencia básica de mil millones de personas en todo el mundo. El fenómeno podría causar que 135 millones de seres humanos se conviertan en desplazados por motivos ecológicos, en los próximos años.
Europa y América Latina comparten algunos problemas relacionados con la desertificación. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala por ejemplo que "el nivel de erosión en buena parte del centro y este de Europa es alto, y muy alto en regiones concretas; por ejemplo, a lo largo de la costa Adriática".
Erosión, fertilizantes, pesticidas…
Esto afecta de manera especial a países o regiones como Armenia, Azerbaiyán, Bulgaria, Georgia, Rumania, Ucrania y algunas partes de Rusia.
En cuanto a la región mediterránea, el PNUMA advierte que el suelo ha sido cultivado a lo largo de milenios por diferentes culturas y civilizaciones. "Los suelos se salinizan, se secan y se vuelven infértiles por la combinación de fenómenos naturales como sequías, inundaciones e incendios forestales".
Al mismo tiempo, "los fertilizantes, pesticidas y la introducción de especies de plantas exóticas invasivas dañan la salud de los suelos a largo plazo".
América Latina, por su parte, también se enfrenta a situaciones difíciles en lo que respecta a la desertificación: "Grandes extensiones de terreno en Colombia y Venezuela se encuentran altamente erosionadas. Las zonas áridas también crecen en República Dominicana, Cuba, Haití y Jamaica, donde se incrementa la escasez de agua".
Aunado a ello, el PNUMA alerta en cuanto a que "gran parte de México es árido a semi árido, principalmente en el norte del país. La erosión y graves sequías hacen que los países de América Central sean altamente vulnerables a eventos extremos, postergando el desarrollo sustentable".
Posibles soluciones
El llamado urgente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente viene acompañado de "ejemplos de éxito a nivel local" que marcan el camino a seguir.
"La región de Machakos, en Kenia, estaba muy dañada por la erosión. Pero con el crecimiento de las ciudades y de la demanda, los campesinos se dieron cuenta de que podían invertir más en sus tierras para evitar la erosión. Ahora ha mejorado su ingreso, y también la calidad del suelo", afirma el especialista en ciencias agrarias Mark Winslow.
En efecto, resulta crucial mantener la vida fértil de la tierra. Parte del problema es que, bajo las condiciones actuales, el precio del abono resulta prohibitivo a muchos pequeños campesinos; por ejemplo, en África.
Pobreza y desertificación
Aún así, no hace falta gran cantidad de fertilizante para revitalizar muchos de los suelos que actualmente son parte de los desiertos del mundo.
Las cosechas podrían aumentar hasta en 50 por ciento, considera Winslow. Él y otros expertos concuerdan en que la mejor manera de hacer frente a la desertificación es combatiendo la pobreza, así como promoviendo el desarrollo en el campo de los países más afectados.
América Latina, recuerda el PNUMA, es una región donde viven 465 millones de personas. 110 millones de éstas viven en condiciones de pobreza.