Europa y los retos de Rutte
7 de enero de 2016Holanda se mostró comprometida desde un principio. El país es experimentado en manejo de crisis. Por decimosegunda ocasión desde que la Unión Europea (UE) fue fundada, en 1958, el gobierno holandés ocupa la presidencia rotativa del bloque comunitario. No se trata de una función con grandes poderes, pero define la agenda política y puede lograr acuerdos tras una serie interminable de encuentros. Experiencia y tacto serán requeridos ahora más que nunca, pues la UE se enfrenta a “una serie de problemas extraordinariamente complejos”, dijo Mark Rutte, el primer ministro holandés, al inaugurar el semestre de la presidencia rotativa en Amsterdam.
Rutte tuvo como invitada a la Comisión Europea (CE) en pleno, lo cual es usual al cambiar la presidencia de la UE. El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, y Rutte habían acordado una estrategia común para enfrentar la crisis de los refugiados y, al mismo tiempo, acabar con el resquebrajamiento en la solidaridad dentro de la UE. “Hemos discutido mucho, quizá demasiado, sobre el futuro de la UE”, dijo Rutte. “Ahora debemos poner todo a andar. No esperen de mí grandes visiones, ni en los próximos seis meses, ni después”.
El desafío de Turquía
La cifra de refugiados y solicitantes de asilo que vienen a Europa debe disminuir, repitió el holandés en Amsterdam. Diariamente llegan a Europa cerca de 3.000 personas. Además, debe mejorar la cooperación con Turquía como país de tránsito, deben establecerse los centros de registro en Grecia y debe organizarse una distribución efectiva de los refugiados, dijo Rutte.
Pero ni él ni Juncker dijeron cómo va a funcionar lo que durante los pasados meses no ha podido ser implementado. “La repartición de los 160.000 refugiados entre los países de la UE debe llevarse a cabo”, aseguró. El plan fue acordado por la UE en otoño con el voto en contra de algunos países de Europa del Este, y no ha pasado mucho desde entonces. Apenas unos cuantos cientos de refugiados han sido trasladados desde Grecia o Italia hacia otros países de la UE. Rutte no aclaró cómo hará para que crezca la solidaridad entre los países europeos, pero advirtió que “las promesas deben ser cumplidas”.
Vigilancia fronteriza común
La presidencia holandesa tendrá hasta el próximo mes de junio para lograr un acuerdo sobre una vigilancia fronteriza común. Este tema roza con otro muy sensible: la soberanía de los Estados miembros. Mark Rutte dejó en claro que no será fácil alcanzar un consenso entre los 28 países de la UE. Por eso, en vez de realizar reuniones cada 12 semanas a nivel de ministros del Interior, el holandés convocará a encuentros cada mes. En junio debería quedar listo el proyecto para una vigilancia fronteriza común. Y para que este concepto se convierta en realidad “podrían pasar años”, advirtió un diplomático europeo en Bruselas.
Por su parte, Juncker promueve la idea de la frontera europea como fórmula para preservar la libertad de movimiento sin controles fronterizos al interior del Espacio Schengen. “Debemos salvar a Schengen. No puede ser que cada semana un país más anuncie el restablecimiento de los controles fronterizos”, aseguró el presidente de la CE en Amsterdam.
De manera paralela, la Comisión Europea pretende presentar un modelo realista para sustiruir al Tratado de Dublín (según el cual los países de ingreso deben recibir a los refugiados extracomunitarios). Además, la presidencia rotativa de la UE intentará llegar a un acuerdo con el primer ministro británico, David Cameron, acerca del posible referéndum sobre la permanencia de su país en la Unión Europea.