Expectación por desenlace en caso de Colonia Dignidad
23 de febrero de 2016Los días en libertad de Hartmut Hopp podrían estar contados. El médico de la secta alemana del asentamiento Colonia Dignidad, quien fuera mano derecha de su fundador y líder, Paul Schäfer, vive desde hace más de cuatro años en Krefeld, adonde llegó huyendo de la Justicia chilena.
Tres instancias lo condenaron, la última en 2011, a cinco años de cárcel por su participación en 16 casos de abusos sexuales contra menores cometidos entre 1993 y 1997. Las leyes alemanas no permiten la extradición de sus ciudadanos, por ello la justicia chilena solicita que cumpla su sentencia en Alemania, cuestión que deberá decidir el Tribunal Regional de Krefeld.
El desenlace, que es esperado con expectación, no podría tener mejor atención mediática. Coincide con la llegada de la película sobre dicha secta y su líder a los cines alemanes. También con la realización de un seminario en Berlín que reúne a antiguos y actuales colonos, a víctimas que a la vez son victimarios, a historiadores, abogados, y a funcionarios chilenos y alemanes que deliberan en torno a la creación de un memorial que recuerde a las víctimas de Colonia Dignidad. También fue el tema de un debate abierto al público en el Centro Europeo para los Derechos Humanos y Constitucionales ECCHR, en Berlín.
Poco se ha investigado en Colonia Dignidad
“Este año seguiremos buscando fosas clandestinas en Colonia Dignidad, sabemos que tenemos mucho por hacer“, dijo Sebastián Cabeza, responsable de Derechos Humanos del ministerio del Interior de Chile, que reiteró las obligaciones del Estado chileno en la búsqueda de la verdad, la impartición de justicia y de no repetición de los crímenes.
Por su parte la abogada chilena Magdalena Garcés, reconoció que ha habido avances en materia de DDHH en Chile, pero sigue habiendo muchos espacios de impunidad. “Tras la detención de Paul Schäffer, las investigaciones se han llevado de manera superficial, publicitando mucho los hallazgos de armas, pero investigando poco las torturas y las desapariciones, por eso no tenemos condenados. A eso se suma la fuga de colonos y verdugos, muchos empiezan a morir“, dijo.
“Deliberamos en torno a un memorial que recuerde a las víctimas, que situamos en tres grupos: colonos, torturados y desaparecidos, y niños que fueron abusados que iban los fines de semana. Hay un cuarto grupo, que es ahora el que dirige Colonia Dignidad“, señaló por su parte el abogado Winfried Hempel. Él mismo creció en el enclave en la localidad de Parral, a unos 350 kilómetros al sur de Santiago.
La abogada Petra Schlagenhauf, que representa a las víctimas de abuso con medicamentos, y a desaparecidos, consideró que durante 30 años en los que han colisionado dos metalidades jurídicas, no se ha hecho nada, aludiendo a las laxas investigaciones realizadas por la fiscalía de Bonn. Pero ahora hay esperanzas de que se produzca un fallo condenatorio.
“La ley de asistencia jurídica penal internacional (Internationales Rechtshilfegesetz) es la que establece bajo qué condiciones puede aplicarse una sentencia extranjera en Alemania, que debe haber cuidado las cuestiones más esenciales del Estado de Derecho, como el derecho a la defensa de la vida y el derecho del acusado a ser escuchado“. La abogada recuerda que en Chile Hopp y sus abogados han esgrimido que no tuvo derecho a la defensa, pero espera que los tribunales en Alemania no den crédito a dicha versión.
Se espera el triunfo de la Justicia
Por su parte, el abogado Winfried Hempel señala que nunca se puede decir que se tiene un juicio ganado. “Pero yo sé que Petra ha proporcionado toda la información necesaria a la fiscalía de Krefeld y no hay ningún elemento serio que ponga en duda la sentencia que pesa sobre Hopp“.
En el encuentro se recordó que en el enclave entraba y salía el jefe de la Dina, Manuel Contreras, y los jerarcas de la dictadura de Pinochet, así como el patriarca bávaro, Franz Josef Strauß, como lo constatan fotografías. Schäfer construyó una red de protección y un archivo de 46.000 fichas con información sobre políticos, militares, sacerdotes, funcionarios. Los ponentes señalaron que el Ministerio alemán del Exterior y la cancillería alemana cuentan con cientos de miles de documentos que siguen estando bajo resguardo. Archivos que están cerrados y fuera del alcance de abogados e investigadores.
“Una vez abiertos los archivos, obviamente vamos a ver en dónde puede iniciarse una acción legal“, advierte Hempel, que recuerda que ante un delito de lesa humanidad no hay prescripción.