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Posible juicio: "Putin no es el único sospechoso"

Olena Perepadya
8 de noviembre de 2022

La creación de un tribunal internacional especial para la agresión de Rusia contra Ucrania sería una señal importante, afirma Claus Kreß, de la Universidad de Colonia, en entrevista con DW.

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Teatro destruido en Mariúpol.
Teatro destruido en Mariúpol por bombardeos de Rusia.Imagen: Alexei Alexandrov/AP/picture alliance

El parlamento ucraniano ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que cree un tribunal internacional especial para la agresión rusa contra Ucrania. En entrevista con DW, Claus Kreß, experto en Derecho Internacional de la Universidad de Colonia, explica la función de esos tribunales, también por qué sería posible crearlo sin el consentimiento de Rusia,y por qué eso no significa que necesariamente que se condene al presidente ruso, Vladimir Putin.

DW: Sr. Kreß, ¿en qué consistiría el solicitado Tribunal Especial Internacional?

Claus Kreß: El tribunal especial debe ocuparse de la acusación de agresión. Esto es muy importante para Ucrania porque se refiere a la acusación de guerra en particular. Desde el punto de vista, muy comprensible, de Ucrania, el desencadenamiento de la guerra de agresión es el "pecado original" que preparó el camino para los crímenes de guerra y las innumerables atrocidades cometidas.

Claus Kreß, profesor de Derecho Penal e Internacional.
Claus Kreß es profesor de Derecho Penal e Internacional en la Universidad de Colonia.Imagen: Pascal Buenning

¿Cómo sería en la práctica la creación de un Tribunal Especial?

Actualmente se están debatiendo varios modelos. Desde mi punto de vista, sería preferible llevar eso a cabo en dos pasos: el primero sería una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Para ello, habría que conseguir previamente la mayoría necesaria. Sería muy desafortunado, sobre todo desde el punto de vista de Ucrania, que esa votación fracasara en la Asamblea General.

Sin embargo, la Asamblea General, a diferencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, no puede establecer un tribunal penal internacional. Pero sí puede expresar el deseo de la comunidad internacional en nombre de las Naciones Unidas. Esto sería de suma importancia para la legitimidad de dicho tribunal.

Después, en un segundo paso, el Secretario General de la ONU podría concluir un tratado internacional con Ucrania sobre la creación del tribunal.

En cuanto a órdenes de detención y acusaciones, ¿qué problemas le esperan al sistema de justicia penal internacional?

El delito de agresión es un delito de liderazgo. Se trata, por tanto, de la responsabilidad penal de los dirigentes políticos y militares de Rusia, encabezados por el presidente Putin. Sin embargo, el principal desafío práctico que surge de esto es el mismo que se aplica a la Corte Penal Internacional: los acusados rusos que se encuentran en territorio ruso no serán encarcelados mientras el régimen actual siga en el poder.

Suponiendo que no haya un cambio de régimen sino hasta después de la muerte de Putin, ¿no sería entonces todo en vano?

No. Naturalmente, el presidente ruso está en el centro de las acusaciones, al menos de la acusación del crimen de agresión. Pero el presidente Putin no es el único sospechoso. En el caso de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio cometidos de forma sistemática, suele haber responsables principales en la cúspide del respectivo sistema de injusticia, pero también responsables en los niveles subordinados de la jerarquía, hasta llegar a los que cometen las atrocidades sobre el terreno. Por lo tanto, la sospecha está lejos de dirigirse contra una sola persona.

Hay algo más que hay que considerar: por supuesto, si el acusado es culpable, el sentido del proceso penal solo se cumple en su totalidad en la condena y la ejecución de la sentencia. Pero incluso el inicio de las investigaciones ya son una señal para el mundo de que se está haciendo todo lo posible para investigar la sospecha de un crimen de derecho internacional. Incluso una orden de detención internacional puede restringir la libertad de movimiento de los sospechosos, y ya una acusación abrumadora puede contribuir a la deslegitimación de un líder del gobierno.

(gg/cp)