Extrañas supersticiones y creencias en Alemania

De lo contrario, puede tener siete años de mala suerte, e incluso siete años sin sexo, según esta superstición alemana.

En los viejos tiempos, cuando las casas tenían techos de paja, eran más propensas a incendiarse. Una chimenea limpia aseguraba que la casa no se quemara. Por lo tanto, encontrarse a un deshollinador es considerado un golpe de suerte. En Año Nuevo es típico regalarse un amuleto de un deshollinador como en esta foto.

¿Molesto porque un pájaro defecó en su cabeza? ¡No hay razón para desesperarse! Según esta superstición alemana, esto significa más bien que le espera un golpe de fortuna.

El hipo es una contracción involuntaria del diafragma. En los bebés, por ejemplo, impide que ingieran leche materna, y en los adultos, pueden ser muy molesto. Se cree que esta superstición nació en la Edad Media, cuando la gente buscaba una explicación para ese fenómeno.

Si la comida es salada, el cocinero está enamorado. Este dicho tiene sus raíces en la cultura griega de la antigüedad. En esa época se usaba la sal como afrodisíaco. Los amantes ponían mucha sal en la comida para aumentar el deseo sexual de sus parejas. En general, a lo largo de la historia hay muchos mitos y leyendas sobre la sal.

En Alemania, los cerdos hechos de mazapán se regalan en Año Nuevo como amuleto de la suerte. En algunos lugares se pasa de mano en mano un lechón recién nacido en una cesta. Se dice que aquel que lo toque tendrá un año feliz por delante. El dicho alemán "Schwein haben" (tener cerdo), expresa que uno tiene suerte,

Desde la Edad Media ha sido considerado un escarabajo de la suerte y un controlador biológico de plagas. Su nombre viene del cristianismo. Se creía que la Virgen María lo envió para ayudar a que la gente tuviera una buena cosecha sin grandes pérdidas por plagas. También se dice que este lindo escarabajo protege a los niños y cura a los enfermos cuando vuela hacia ellos.

Si un viernes 13 uno se cruza con un gato negro, eso trae mala suerte, según una creencia de la Edad Media. El gato negro era considerado una corporeización del diablo o un animal amigo de las brujas. Los dueños de gatos negros fueron siempre asociados con la brujería.

En Alemania, es costumbre romper platos y tazas en las despedidas de soltero. Este fenómeno se puede entender como la ruptura de algo viejo y la transición hacia una nueva fase de la vida. Sin embargo, no se deben romper vidrios ni espejos, ya que se considera que eso trae siete años de mala suerte para la pareja.