Extremas medidas de seguridad en el juicio al Chapo Guzmán
21 de enero de 2019En medio de medidas de seguridad sin precedentes y una gran atención mediática, comenzó el 13 de noviembre de 2018, en el tribunal federal de Brooklyn, Nueva York, el juicio contra el narcotraficante mexicano, Joaquín Guzmán Loera, alias el Chapo.
Considerado uno de los hombres más ricos del mundo, dirigió durante casi tres décadas el cártel de Sinaloa, también conocido como el cártel del Pacífico, fundado en 1989 en Culiacán, Sinaloa, en el norte de México, aunque las raíces de la organización se remontan a la década de los años 60. Se estima que el Chapo extendió las redes del cártel de Sinaloa a Europa, Asia y América Latina a través de cárteles colombianos.
La Administración para el Control de Drogas (DEA) considera que el cártel de Sinaloa es responsable del contrabando de cientos de toneladas de cargamentos de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana a través de la frontera de México con California, Arizona, Nuevo México y Texas.
Guzmán Loera, de 61 años, fue arrestado en enero de 2016 en los Mochis, Sinaloa. Las autoridades mexicanas lo rastrearon a raíz de una entrevista que sostuvo el capo narcotraficante con el actor Sean Penn y la actriz mexicana Kate del Castillo, en octubre de 2015.
Espectacular huída de dos cárceles de máxima seguridad
El Chapo Guzmán se había escapado unos meses antes, en julio de 2015 de la cárcel de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, Estado de México, a través de un túnel de varios kilómetros de largo, construído desde su celda. Fue una segunda y espectacular huída de una cárcel de máxima seguridad mexicana, luego de que se escapara, en enero de 2001, del penal de Puente Grande, Jalisco, escondido en un carrito de lavandería. El narcotraficante fue extraditado a Estados Unidos en enero de 2017 y se declaró inocente de las acusaciones en su contra.
El Chapo es acusado de unos 17 cargos que cubren casi tres décadas de actividad criminal, derivadas de la construcción y defensa de un imperio de miles de millones de dólares, a base de asesinatos, secuestros, torturas e intimidaciones. Entre los cargos figura el contrabando de más de 200 toneladas de cocaína y 33 asesinatos, seguramente una pequeña parte de los crímenes que ha cometido el hombre más temido en el mundo del tráfico de drogas. Tiene abiertos procesos en México y en varios estados de EE. UU.
El juzgado es presidido por el juez Brian M. Cogan, que cuenta con un jurado integrado por un panel de 12 titulares y seis suplentes, cuya identidad se mantiene secreta. Son escoltados diariamente al tribunal por guardias armados. El acusado es mantenido en una celda especialmente diseñada, dentro de las instalaciones del tribunal, para evitar tener que cerrar el puente de Brooklyn a diario. El narcotraficante se encuentra recluído en aislamiento total en el ala de máxima seguridad del Metropolitan Correctional Center, en Manhattan.
Chapo perderá su fortuna, amasada ilegalmente
La fiscalía cuenta con unas 300.000 páginas de documentos, entre las cuales hay 14.000 páginas con declaraciones de testigos, así como 117.000 grabaciones de sonido. Las autoridades federales esperan decomisar al Chapo hasta 14.000 millones de dólares en activos y mantenerlo en prisión de por vida.
A lo largo del proceso, de cuatro meses de duración, una serie de testigos protegidos, cuyas familias gozan también de protección, presentan su testimonio sobre el modus operandi de Guzmán Loera. La identidad de los testigos es revelada el día mismo de su comparecencia para evitar que sean asesinados antes de declarar. Entre ellos figuran capos de la droga mexicanos y colombianos, viejos socios, ahijados y compadres, así como también examantes, exagentes de la DEA, lugartenientes y operadores financieros. El proceso significa un riesgo para todos los involucrados en él. En octubre de 2016, Vicente Bermúdez Zacarías, un juez mexicano que estuvo involucrado en el juicio de extradición de Guzmán, fue asesinado de un balazo en la cabeza.
El equipo de la defensa está liderado por Eduardo Balarezo, que, junto a William Purpura, representaron en el pasado al narcotraficante Alfredo Beltrán Leyva. Se les sumó Jeffrey Lichtman, conocido por haber logrado que se declarara nulo el juicio contra John Gotti Jr., hijo del capo de los Gambino. La estrategia de sus abogados arrancó argumentando que el narcotraficante es un subordinado, para evitar que su cliente sea condenado con cadena perpetua.
(cp)