"Fin a la discriminación indígena"
31 de julio de 2002Ninguna región del mundo ha visitado el Papa Juan Pablo II como Latinoamérica, aparte de Europa. Pero ninguno de los 17 viajes que ha realizado el Sumo Pontífice a la región más católica del mundo, ha conmovido el alma de un pueblo como la actual visita en México. Con la canonización de Juan Diego Cuauhtlatoatzin (1474-1548), el legendario fundador del santuario de peregrinos guadalupanos se convierte en el primer santo indígena de América.
Al mismo tiempo, el santuario mariano ubicado en las afueras de la ciudad de México, reverenciado igualmente por indígenas que por conquistadores europeos y peregrinos de todo el mundo, está profundamente enraizado en la devoción popular y es por ello que simboliza un puente entre religiones y culturas, un ejemplo de una integración intercultural afortunada.
Visita dedicada a los indígenas
No es coincidencia que el Papa dedique su visita a la población indígena de México. El catolicismo pierde creyentes. En algunas regiones en México, por ejemplo en el sureste, habitado por etnias mayas, donde la mayoría de la población es indígena, los creyentes católicos se encuentran en minoría y las sectas religiosas ganan terreno. Esto también sucede en Guatemala, el país vecino al sur, con cuya población indígena, los descendientes de los pueblos mayas de México, comparten un legado cultural. Visto desde un contexto general, de los 132 obispos católicos existentes en México, ninguno es indígena. El Papa quiere impulsar la aceptación de la Iglesia Católica, religión de 90 millones de personas en un país con una población de 97 millones. Después de Brasil, México es el segundo bastión espiritual del imperio Católico Romano.
Visión alemana
"Gran parte de la Iglesia alemana ve en la canonización de San Diego, el fin de la discriminación indígena," dice el experto en asuntos eclesiásticos, Norbert Arenz, a DW-Online. Retoma las ideas de los frailes del siglo XVI , como Bartolomé de las Casas y Antonio Valdivieso, quienes ya en su tiempo defendían los derechos indígenas. Esto adquiere una gran relevancia incluso para la vecina Guatemala, donde el 99% de las víctimas de la guerra sucia han sido indígenas, el ejemplo más conocido es el drama que encarna Rigoberta Menchu, indígena Quiché, portadora del Premio Nobel de la Paz. "Hasta 1944, es decir hace unas dos generaciones, seguía vigente una ley en Guatemala que permitía a todo latifundista, matar a todo indígena que encontrara cometiendo algo indebido, una ley claramente racista," afirma Arenz.
Teología de la liberación
Cuando en 1978, el Papa hizo en México su primera visita apostólica internacional, el catolicismo latinoamericano había descubierto en la Teología de la liberación, la "opción de los pobres," el camino ideal para llevar el mensaje cristiano, vinculándolo con una ideología que proponía un mejor mundo. "El Papa Juan Pablo II ha hecho mucho por los pobres del mundo, pero la línea política de los años 80 nunca hubiera permitido una apertura de la Iglesia, -dice Arenz- tal vez se podría decir que hacia el final de su pontificado, la posición del Papa frente a la teoría de la liberación se ha suavizado."