¿Fin de la democracia en Ucrania?
27 de octubre de 2012A primera vista, Ucrania es una democracia como cualquiera: una campaña política con el concurso de más de 20 partidos y una oposición convencida de la victoria. Estas elecciones son “transparentes y democráticas”, ha segurado el presidente Víctor Yanukovitch, quien hizo instalar cámaras en todas las mesas de votación, como en Rusia.
Pero las apariencias engañan. Observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) podrían declarar estas elecciones como “injustas y no democráticas”. Esta vez las elecciones parlamentarias ucranianas son vigiladas por unos 3.800 observadores, tantos como nunca antes. Los ojos están puestos sobre Ucrania desde que Yanukovitch asumió la presidencia en 2010 y dirige el país hacia un régimen autoritario.
En estas elecciones no participan los políticos opositores Julia Timochenko y Juri Luzenko ya que ambos purgan sendas condenas. “Unas elecciones sin líderes de la oposición no son elecciones libres”, dijo, por ello, el europarlamentario Elmar Brok, cristianodemócrata alemán. El vicepresidente del Bundestag, el socialdemócrata Wolfgang Thierse, coincide con Brok en que “cuando se excluye la competencia hay que dudar de la limpieza de unas elecciones.”
¿Es un boxeador la esperanza?
La falta de fuertes personalidades en la política fue notable en una campaña que se caracterizó por la falta de debates profundos y nuevos temas, dice el columnista ucraniano Serhij Rachmanin. Las encuestas dan como favorito al oficialista “Partido de las Regiones”, seguido de “Oposición Unida”, una alianza del partido de Timochenko y el partido “El Golpe”, del campeón mundial de boxeo en pesos pesados, Vitali Klitschko.
Otras encuestas ven el partido del boxeador, que ha hecho su carrera deportiva principalmente desde Alemania, en franco ascenso. Pero hasta ahora la mayoría de los votos pertenece a los indecisos.
Es muy probable que, por primera vez, un partido de extrema derecha, llegue al Parlamento ucraniano, de la mano del partido de Timochenko, con el que firmó un pacto de coalición. Una decisión que Wilfried Jilge, de la Universidad de Leipzig, considera “preocupante”, toda vez que Swoboda o “Libertad”, como se llama el partido de extrema derecha que aspira al Parlamento de Kiew, es “antieuropeo, antiliberal e impregnado de tendencias nazis.”
Un hecho que el partido gobiernista ha aprovechado para desacreditar a toda la oposición en conjunto, por lo que “los partidos democráticos debieron distanciarse claramente del partido ucraniano neonazi”, concluye Jilge.
Leyes a la medida del gobernante en turno
Pero así las listas de la oposición obtengan más votos que el partido oficialista, será Yanukowitch el que gane, cree Jilge. Yanukowitch cambió el sistema electoral que ahora solo permite que la mitad de los 450 diputados puedan ser elegidos por lista de los partidos. La otra mitad se compondrá de candidatos, supuestamente independientes, que una vez elegidos pueden adherirse al partido de Yanukovitch y asegurarle así una mayoría parlamentaria.
“Tuschki” son llamados los políticos que cambian de bando, en alusión a los animales sacrificados que se venden al mejor postor.
Autor: Roman Goncharenko / José Ospina-Valencia
Editora: Claudia Herrera Pahl