"Forever young": el premio nobel Bob Dylan cumple 80 años
23 de mayo de 2021Mi canción favorita de Bob Dylan es una canción de cuna. La escribió en 1966 para su hijo Jesse: "Forever Young", tantas veces versionada, siempre me llega al corazón. Quizás porque también deseo lo mismo a mis dos hijos, sea lo que sea que les depare la vida: "Que seas siempre valiente, te mantengas en pie y fuerte, que seas siempre joven". Conocí a Dylan mucho antes de venir a Colonia. Tenía 13 años. Y sus canciones se convirtieron en la banda sonora de mi juventud.
Una mañana "jingle jangle" bajo el pupitre de escuela
Sus canciones acercaron el gran mundo al pueblo del suroeste de Alemania donde crecí en la década de 1970. Donde fumamos en secreto nuestro primer cigarrillo entre los viñedos y entonábamos "Blowin' in the Wind" en la guitarra en los campamentos juveniles junto a la fogata. En clase de inglés, prefería buscar los versos de Dylan bajo el pupitre que aprender los acartonados diálogos del libro de texto. No siempre con éxito: no encontré "jingle jangle morning" en el diccionario de la escuela.
Con la música de Dylan entendía poco, pero sentía mucho. Y a diferencia del análisis de texto en la escuela, no importaba lo que intentaba decirme con sus canciones. Lo importante fue lo que hicieron en mí.
Creciendo en Minnesota
Dylan también creció en una zona rural. Nació el 24 de mayo de 1941 como Robert Allen Zimmerman, en Duluth, Minnesota, en una familia judía de clase media que se mudó a la ciudad minera de Hibbing unos años más tarde. Robert aprende a tocar el piano y la guitarra. El joven, por lo demás bastante reservado, funda sus primeras bandas de rock'n roll y jazz. Le gusta el escenario.
Después de la secundaria, se matriculó en Minneapolis para estudiar artes y música. Pero en lugar de sentarse en conferencias, actúa con canciones de su ídolo Woody Guthrie, acompañado de guitarra y armónica.
El mito del vagabundo: viajando en tren de carga a Nueva York
En Minneapolis, Robert Allen Zimmerman se convierte en Bob Dylan, inspirado por el poeta Dylan Thomas, como relata en su autobiografía Chronicles, de 2004. La ciudad pronto se le queda pequeña y,en enero de 1961, a los 19 años, parte hacia Nueva York, colándose en un tren de carga, afirma en ese momento, cultivando la imagen de vagabundo que va tan bien con sus canciones. (Solo años más tarde admitirá que en realidad viajó cómodamente en automóvil).
Con su repertorio folk, cada vez más complementado con sus propias canciones, recorre los cafés y discotecas de Greenwich Village. Allí también conoció a Joan Baez, ya entonces una estrella del panorama folk.
De vagabundo folk a icono del movimiento de protesta
Cuando Báez se lo llevó de gira en agosto de 1963, ya había editado dos álbumes. Pero son las apariciones conjuntas frente a decenas de miles las que traen el gran avance: comienza una carrera sin precedentes. Con apenas 20 años se convirtió ya en un icono del movimiento contestatario.
Codo a codo con Báez y Martin Luther King, Dylan participa en la "Marcha sobre Washington", donde más de 200.000 personas manifiestaron contra la guerra de Vietnam y la segregación racial y donde Luther King pronuncia su famoso discurso Tengo un sueño (I Have a Dream). Al año siguiente, Dylan publica su tercer disco.
"The Times They Are a-Changin", también en los 70
Quince años después, la canción principal del disco seguía siendo un himno de protesta. También para mí y mis amigos. Los tiempos estaban cambiando, porque a finales de la década de 1970 el mundo estaba en Guerra Fría, los países de la OTAN y del Pacto de Varsovia eran irreconciliables y quedaban 10 años antes de la caída del Muro de Berlín.
En enero de 1979, se produjo la primera alarma de smog en la República Federal. En marzo, supimos por las noticias sobre el accidente del reactor en Harrisburg, Estados Unidos, el peor en la historia de la energía nuclear hasta ese momento. Las letras de Dylan parecían hechas para nuestras protestas juveniles contra la energía atómica y la contaminación y para la rebelión adolescente contra padres y maestros.
"No soy yo, bebé": no la voz de una generación
Dylan nunca quiso ser un icono de la protesta, la voz de una generación. Como escribió en su autobiografía: "Todo lo que hice fue cantar canciones que iban directo al grano, piezas que trataban de nuevas y poderosas verdades", escribe en retrospectiva en Crónicas sobre la década de 1960. "Tenía muy poco en común con la generación cuya voz se suponía que era".
El año 1965 también marcó un punto de inflexión musical: cuando Dylan tocó una guitarra eléctrica en lugar de la guitarra acústica por primera vez en el Newport Folk Festival, los puristas del folk lo abuchearon. En retrospectiva, un momento histórico: el folk se convirtió en rock y el concierto en leyenda.
Durante los años siguientes, Dylan se retiró cada vez más del centro de atención. Tras un accidente de motocicleta en 1966, estuvo ausente durante meses y no participó en el Festival de Woodstock de 1969. En los años siguientes experimentó con diferentes estilos de música y probó suerte en la gran pantalla con la película Pat Garrett Chases Billy the Kid.
A finales de los 70 da un giro hacia el cristianismo y compone música gospel. Después de un primer fracaso matrimonial, se casó en segundas nupcias y ahora es padre de seis hijos. Tras una crisis a inicios de los 80, Dylan regresó con nuevos álbumes y desde entonces ha ofrecido cientos de conciertos al año en su gira Never Ending Tour, que comenzó en junio de 1988 y solo se ha visto frenada el año pasado por la pandemia de coronavirus.
Reconocimientos y Premio Nobel de Literatura
Y va recogiendo multitud de premios: muchos premios Grammy, un Oscar por la canción de la película Things Have Changed, un premio Pulitzer. El expresidente estadounidense Barack Obama le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad en 2012. Y en 2016, Dylan recibe finalmente el Premio Nobel de Literatura. Es el primer músico en obtenerlo, por haber "creado nuevas formas poéticas de expresión dentro de la gran tradición de la canción estadounidense", juzgó el jurado.
Fiel a su estilo, lo tomó estoicamente y apenas reaccionó en absoluto al principio. Envió a la ceremonia a Patti Smith, que interpretó su canción A Hard Rain's A-Gonna Fall. Después de todo, recoge el premio arropado por un círculo íntimo. En lugar de la conferencia habitual, envió una grabación de audio, con un guiño a sus ídolos musicales y literarios.
Que seas siempre joven: ¡Felicidades, Bob Dylan!
En 2020 Bob Dylan lanzó su último álbum Rough and Rowdy Ways (probablemente no será el último). Con esta ocasión, concedió al New York Times una de sus raras entrevistas. Cuando se le preguntó cómo hace para mantenerse en forma y armonizar cuerpo y mente dijo: "Me gusta pensar en la mente como espíritu y el cuerpo como sustancia. No tengo idea de cómo integrar estas dos cosas. Simplemente trato de caminar sobre la línea y mantenerme en ella. Mantener el nivel".
¿Es extraño felicitar a alguien con sus propias palabras? No si son tan buenas: "Que tu corazón esté siempre alegre, que se cante siempre tu canción y que te quedes por siempre joven". Que tu corazón esté siempre lleno de alegría, tus canciones siempre se canten y seas joven para siempre: ¡feliz cumpleaños, Bob Dylan!
(lgc/rr)