Fracaso europeo: Irán reanuda su programa nuclear
8 de agosto de 2005"La conversión de Uranio se ha reanudado en Isfahan, bajo la vigilancia de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA)", declaró ante la prensa el vicepresidente de la Organización iraní de energía nuclear, Mohamed Zaidi. Más claras no pueden ser sus declaraciones. Aunque todavía exista cierta confusión en cuanto a qué tareas concretas se han reanudado y a si pasará un par de días hasta que se llegue a la fase de conversión del mineral en hexafluoruro de uranio -paso previo al enriquecimiento- Teherán ya tomó su decisión: rechazar la última propuesta de Alemania, Francia y Gran Bretaña y así lo comunicó oficialmente.
La lógica iraní
Las múltiples perspectivas de cooperación económica, política y científica no bastaron para hacer cambiar de opinión a Irán; tampoco la oferta de proporcionar combustible nuclear para que el país islámico pudiera ejercer su derecho al uso pacífico de la energía atómica, sin llevar a cabo el enriquecimiento de uranio, que también podría utilizarse para la fabricación de armas. Más aún: Zaidi calificó la propuesta europea de "muy ofensiva y humillante".
De acuerdo con la lógica iraní, tras la firma del Tratado de No proliferación de Armas nucleares, le asiste como a cualquier país el derecho a un programa atómico de uso civil. El nuevo presidente, Mahmud Ahmadineyad, reiteró que exigirle desistir del enriquecimiento de uranio contraviene el principio de la "justicia". En consecuencia, no se perfilan probables puntos de entendimiento, ni parece quedar ya mucho que decir, máxime cuando se anuncia un relevo en el equipo negociador iraní. El pragmático Hasan Ruhani, quien durante dos años discutió con los europeos en busca de un acuerdo, será reemplazado por el ultraconservador Ali Lariyani, ex director de la radio y televisión estatal, acérrimo opositor a un acuerdo con Occidente en materia nuclear.
La lógica europea
No obstante, la Unión Europea se empeña en no darlo todo por perdido. Sólo así se explica la extrema cautela con que reaccionó Bruselas a las noticias de Teherán. Aferrándose a una astilla, una diplomática europea afirmó que "el punto en que la UE romperá las negociaciones sólo llegará en el momento en que Irán reanude el enriquecimiento de uranio" efectivamente. A todas luces, no es fácil reconocer un fracaso tan estrepitoso, menos considerando la gravedad de la crisis que podría acarrear. Por ejemplo, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, reiteró que es importante "intentar al máximo evitar" una evolución negativa "de fatales consecuencias". Subrayó en este contexto que se trata de un área vecina a Europa y advirtió que "una carrera nuclear en esa región afectará en forma directa nuestra seguridad".
La pregunta es qué más podría echar Europa a la balanza para desactivar esta crisis. Mientras sus recursos se agotan, en Washington cobrarán de seguro fuerza los halcones que no creen en la eficacia de la vía diplomática con Teherán. El próximo capítulo de esta contienda se abrirá el martes, en la reunión extraordinaria de la AIEA. Y el subsiguiente podría tener por escenario al Consejo de Seguridad de la ONU.