Francia: la violencia volvió a los suburbios
28 de octubre de 2006Dos hombres encapuchados subieron a un autobús en la zona de Seine-Saint-Denis, en el norte de París, en la noche del viernes al sábado, ordenando a unos quince pasajeros y a los conductores que se bajaran e incendiándolo después. Otro autobús fue incendiado en otra parte del barrio, dijo la Policía.
No obstante, los incidentes este año no son comparables con los de hace doce meses: "Se han registrado relativamente pocos incidentes durante la noche del 27/28 octubre de 2006", dijo el ministerio del Interior en un comunicado.
Por las dudas, unos 4.000 policías más fueron desplegados el viernes por la noche, según un portavoz del ministerio, que añadió: "Ello nos permitió intervenir rápidamente cuando comenzaron a cometerse algunos desmanes".
Seis agentes heridos
A pesar de la relativa calma, seis agentes resultaron levemente heridos esta noche. En el sur de Toulouse, en la localidad de Meaux, al este de París, y en Clichy-Sous-Bois, el barrio del noreste parisino donde comenzaron los disturbios el año pasado, grupos de jóvenes atacaron a algunos policías e incendiaron coches.
Tras varias agresiones contra la policía en barrios desfavorecidos en las últimas semanas, la policía temió que pudiera producirse una espiral de violencia a medida que se acercaba el aniversario, pero los temores se disiparon en el correr de la noche, al ver que las cosas este año no pasaban a mayores.
Marginación continúa igual
Las razones de posible enfrentamientos, sin embargo, no han superadas. Muchos jóvenes y funcionarios locales en las zonas pobres dicen que las raíces de los disturbios -el desempleo, la discriminación y la falta de vivienda- persisten en los suburbios.
Ello, a pesar de los 420 millones de euros que el gobierno ha destinado para mejorar la vida en los barrios marginados. Pero el desempleo en algunas de estas zonas se sitúa en el 40 por ciento, cuatro veces el promedio nacional.
El viernes, unos 1.000 jóvenes de familias inmigrantes se habían manifestado en silencio en Clichy-Sous-Bois para recordar a los dos jóvenes que murieron electrocutados el año pasado, al refugiarse en una estación transformadora huyendo de la Policía, y cuyo fallecimiento desató las protestas.