Regina Moraga habla con naturalidad de las dos carreras que estudió, a primera vista muy dispares: cuando terminó la escuela quería estudiar Nutrición Industrial. Pero renunció a su propósito porque ese año dejaron de dar becas en el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá, INCAP. "Entonces tengo un luzazo, de que en mi infancia una marca de margarina saca en el transverso del empaque imágenes del Códice de Dresde”. Las representaciones de los dioses mayas la fascinaban. Así que decide seguir la carrera de arqueología. En su trayectoria como arqueóloga participó en numerosas excavaciones. En 2012 vuelve a estudiar. Movida por el deseo de recuperar las recetas de su mamá y sus tías, de sentir los sabores de la infancia y tecnificar sus conocimientos de cocina, hace una licenciatura en Administración Gastronómica. Y allí se le abre un nuevo mundo, al descubrir vínculos entre la gastronomía y la arqueología y la importancia de la alimentación en la evolución de la humanidad.