¿Fundamentalismo en el Parlamento Europeo?
12 de octubre de 2004El equipo designado para integrar la Comisión Europea que presidirá José Manuel Durao Barroso, no se ha lucido en las audiencias ante las respectivas comisiones del Parlamento Europeo. Según el jefe de la bancada conservadora, Hans Gert Pöttering, si se tratara de una escuela, algunos de ellos no pasarían de curso. El asunto es grave, porque son las figuras que asumirán cargos claves en una etapa crucial de la UE, embarcada en el proceso de dotarse de una Constitución comunitaria.
Figuras en entredicho
En entredicho se encuentran varios de los futuros comisarios, comenzando por el italiano Rocco Buttiglione, cuya designación como encargado de Justicia en la UE fue rechazada por estrecha votación en la comisión parlamentaria que se ocupa de los derechos cívicos. Tampoco convenció en el Parlamento Europeo el húngaro Laszlo Kovacs, designado para el área de Energía, por su falta de conocimientos en la materia, mientras se dice que el griego Stavros Dimas hizo gala de ignorancia en materia de protección del medio ambiente, de la que habrá de encargarse según los deseos de Durao Barroso.
Y eso no es todo. También está dando que hablar en Bruselas la holandesa Neelie Kroes, a quien se le reprocha un conflicto de intereses. Numerosos son sus contactos con la industria, derivados del hecho de haber integrado los directorios de varias empresas, como la francesa Thales, el consorcio automovilístico sueco Volvo y el proveedor de telefonía móvil británico mmO2. El problema es que, en su futura calidad de comisaria encargada de la competencia, habrá de controlar las fusiones empresariales y los subsidios.
¿Cuestión de fe?
Aunque la lista es nutrida, el caso más bullado ha sido, sin duda, el de Buttiglione. Algunas afirmaciones suyas, como aquella de que, siendo católico, considera “pecado” la homosexualidad, u otra referida a que el matrimonio debe posibilitar a la mujer tener hijos y ser protegida por el marido, causaron indignación en sectores izquierdistas y liberales. El consiguiente rechazo de su nominación provocó, a su vez, las iras del primer ministro Silvio Berlusconi. “La mera idea de poner en duda la libertad de pensamiento y la opinión de un comisario de fe y educación católicas, tiene un resabio fundamentalista”, indicó el gobernante italiano, según un periódico de su país. Un europarlamentario conservador alemán advirtió incluso de una “atmósfera histérica de persecución de cristianos en las instituciones europeas”.
Buttiglione, por su parte, dice haber sido mal interpretado y discriminado, de manera que no piensa abandonar el ruedo. Por ahora cuenta con el respaldo de Durao Barroso, quien volvió a manifestar confianza en todos los miembros de su equipo y anunció que no tomará medida alguna hasta conocer el informe de las audiencias parlamentarias con los comisarios designados. De hecho, no parece probable que el Parlamento Europeo lo obligue a dar marcha atrás, dado que sólo tiene atribuciones para aceptar o rechazar a la Comisión en bloque. Considerando que la correlación de fuerzas favorece a los conservadores, no se cuenta con que llegue a vetar al equipo, como lo hiciera en 1999, cuando derrocó a la Comisión presidida por Jacques Santer.