Galeano, un guía para generaciones de periodistas
13 de abril de 2015Siendo un joven periodista, en 1992, el alemán Hinnerk Berlekamp tuvo la oportunidad de entrevistar al escritor uruguayo Eduardo Galeano, que le dejó una huella indeleble. Lo volvió a entrevistar en el 2013 en el mismo lugar, en el Café Brasilero, en el centro de Montevideo, que era algo así como la segunda casa del escritor. Berlekamp lamentó su muerte y lamenta que faltará su voz. "Sin renunciar a sus convicciones políticas, tuvo el valor de contradecir a los suyos".
Se sabe que Eduardo Galeano luchaba desde hace años contra un cáncer. ¿Le sorprendió a usted la noticia de su muerte?
Sí claro, la muerte sorprende porque uno no quiere verla tan inminente... como nos pasa a todos. Vi a Eduardo Galeano por última vez durante la toma de posesión del presidente Tabaré Vázquez en marzo pasado. Se le veía delgado, pero bien vivo. Aunque no hablo con él desde hace un año y medio.
Usted le hizo una larga entrevista en el 2013 que fue publicada en el Berliner Zeitung, ¿cuál es el interés del público alemán por la obra de Eduardo Galeano?
Eduardo Galeano fue una instancia para todos los que se interesaban por América Latina en Alemania desde hace décadas, desde que se publicó aquí, 'Las venas abiertas de América Latina', por cierto muy poco después de haber salido a la luz en Uruguay. Ese libro lo hizo popular en las dos Alemanias (RFA y RDA) de aquel momento. Tuvo un tremendo éxito. Aunque no competía por los títulos más vendidos en los géneros de novela y de ficción, tuvo una enorme influencia. Cualquiera que se interesara en lo que sucedía en América Latina lo leyó casi con obligatoriedad. En aquella época, América Latina estaba muy de moda en Alemania. En los años ochenta e, incluso, en los noventa. Galeano se convirtió desde entonces en una referencia. Siempre era de interés lo que tenía que decir.
¿Qué es lo que hace que su obra Las venas abiertas de América Latina, que publicada hace más de cuatro décadas, siga teniendo vigencia?
Tiene tanta vigencia que la editorial alemana que tiene los derechos, Peter Hammer Verlag, encargó una nueva edición hace poco. Es algo muy raro que un libro sobre el que existe una traducción moderna se vuelva a traducir para ser lo más fiel a la palabra, a la idea del autor. Eso es un fenómeno que no ocurre fácilmente. Eduardo Galeano supo dar una explicación de lo que pasaba en toda una parte del mundo. Por supuesto que fue una obra que provocó polémica, tanto entre quienes lo apoyaban como entre quienes lo criticaban. Es un autor que tenía algo que decir. Y tenía el don de contarlo de una forma única.
Antes de descubir su vocación literaria trabajó ejerciendo toda clase de oficios. ¿Sería eso lo que desarrolló en él la solidaridad ante obreros y mineros de lugares tan lejanos?
Venía de una familia de mucho dinero en Uruguay, pero no se quedó en ese mundo en el que nació. Se movió para conocer la sociedad en todas sus capas. Tuvo muchos oficios, se movió para ver con sus propios ojos realidades que otros no se esfuerzan por conocer. Los periodistas muchas veces nos vemos obligados a escribir sobre cuestiones que no podemos ver con nuestros propios ojos, es parte del oficio. Galeano trató de ir adonde sucedían las cosas. Estuvo en Guatemala con la guerrilla a fines de los años sesenta. Estuvo en Bolivia en el altiplano. No era un tipo que necesitara alojarse en hoteles de cinco estrellas. Conoció el mundo y, cuanto más viejo era, mejor podía explicar de manera sencilla lo que veía, lo que tenía que contar. Eso es un arte. Si se compara el estilo de Galeano de 'Las venas abiertas de América Latina' con el estilo anecdótico del Galeano de las últimas obras, hay una continuidad en el contenido y también un abismo en el estilo. Porque la sencillez con la que este hombre se sabía explicar es fantástica. Podría seguir siendo un guía para generaciones enteras de periodistas, publicistas y escritores. Tuvo mucho de periodista, incluso en sus últimas obras, que tenían mucho de ficción, pero también de realidad periodística.