Georg Elser: "el antagonista de Hitler"
8 de noviembre de 2005Georg Elser, un aprendiz de ebanista oriundo del sur de Alemania, quería "evitar un mayor derramamiento de sangre" y el 8 de noviembre de 1939 se atrevió, solo, a intentar a acabar con la vida de Adolf Hitler. Habiendo trabajado en una relojería por algún tiempo, Elser supo fabricar una bomba que colocó en el estrado desde donde el dictador solía dar un discurso todos los 8 de noviembre.
Pero Hitler, en contra de su costumbre, habló muy poco tiempo y abandonó el local 13 minutos antes de que la bomba explotara. De haber tenido éxito, no habría habido seis años de guerra, no hubiesen muerto 50 millones de personas, casi seis millones de judíos no habrían sido asesinados... Trece minutos que le faltan a la historia del mundo, titula un artículo del semanario Der Spiegel en su versión digital.
Luchador solitario
El joven ebanista había sabido reconocer a tiempo las malignas intenciones de los nacionalsocialistas. A pesar de las sospechas de que el atentado habría sido perpetrado por orden del servicio secreto británico, los historiadores que se ocuparon de investigar el caso de Elser llegaron a la conclusión de que había actuado por cuenta propia y solo.
Elser se había negado siempre a hacer el saludo a Hitler y a tomar parte en sus discursos públicos. El 9 de abril de 1945, casi al finalizar el horror que Elser había previsto, en el campo de concentración de Dachau fue asesinado bajo expresa orden de Hitler.
"El verdadero antagonista de Hitler" han llamado a este hombre del pueblo, que no ha recibido la atención prestada al atentado perpetrado el 20 de julio de 1944 por el grupo de militares en torno al conde von Stauffenberg. Éste junto con los hermanos Scholl se ha convertido en un símbolo de la escasa resistencia alemana al nacionalsocialismo. Apenas en los años sesenta se descubrieron los protocolos de los interrogatorios y la revisión histórica lo señaló como un luchador solitario.
El premio
Las diversas iniciativas que llevan su nombre se organizaron para conceder un premio, dotado de 5000 euros, que haga honor al "valor cívico, a la desobediencia cívica y a los actos de valentía". Este año se lo han concedido al "Comité de las madres de los soldados de Rusia" debido a su trabajo de resistencia contra la guerra en Chechenia.
Las 300 mujeres que fundaron en 1989 este comité tenían como objetivo velar por los derechos humanos, también de los soldados, y trabajar en contra del militarismo y la violencia.