Gorriones de oro para el cine infantil alemán

Programas de televisión. Películas de cine. En la infancia fascinan, en la edad adulta conservan intocables los recuerdos: aquel verano, todas las tardes al salir del colegio, el año de sexto curso… Las pantallas y sus historias son parte inseparable de nuestra infancia. Cada generación posee su propia memoria colectiva en dos dimensiones. Quien hoy repasa esas imágenes reconoce la fuerza de su impacto y por lo tanto la relevancia que tiene su calidad.

Y como la calidad merece reconocimiento y debe ser fomentada, cada dos años se entrega en Alemania el Goldener Spatz, el gorrión de oro, que premia las mejores producciones fílmicas y televisivas germanas para los más pequeños.

De niños, para niños, con adultos

El Festival Alemán de Televisión y Cine Infantil Goldener Spatz se inaugura hoy y durará hasta el próximo 16 de mayo. Dividido en dos ciudades alemanas del Estado de Turingia, en el este del país, en Gera están invitados los niños y sus maestros, y en Érfurt los autores, productores, programadores y todo el personal especializado de la industria del entretenimiento infantil.

Berlín tiene osos de oro, Turingia gorriones. Y como nadie sabe mejor que ellos mismos lo que gusta entre niños y jóvenes, 32 miembros del jurado tienen de nueve a 13 años y ellos deciden quién se lleva los premios principales. Los adultos son el jurado especializado y se encargan de las condecoraciones especiales.

En seis categorías, que abarcan desde los filmes cortos a la animación pasando por la documentación, se presentan a concurso los aspirantes al gorrión. Cinco niños eligen la mejor página de Internet relacionada con el cine o la televisión para menores de edad.

Y en un festival infantil en el que infantes, y jóvenes, deciden no podía faltar el reconocimiento para los que desde la más tierna infancia se atreven ya con la cámara: Spixel Award se entrega a la mejor película o documental que haya sido emitido por algún canal de televisión y cuyo autor tenga más de ocho años pero menos de14. Al parecer, los pequeños también hacen cine y eso en la cantidad suficiente como para convocar un premio.

Aprender a ver

No sólo es importante fomentar los programas y las películas infantiles de calidad: los niños tienen que aprender a ver, y a seleccionar lo que miran. Por eso en Gera, los organizadores del festival han puesto en marcha unas jornadas de pedagogía mediática con las que esperan ayudar a los más pequeños a perfeccionar su elección. La televisión no es mala en sí. No todo lo que ofrece el cine es bueno. En la diferenciación está la clave. Apagar la televisión no es un pecado y prescindir de un filme de moda tampoco.

Las jornadas están planteadas como un encuentro dinámico en el que los niños tendrán la oportunidad de preguntar directamente a quienes crean la programación a ellos dirigida lo que siempre quisieron saber.