¿Guaidó o no?: Bruselas en busca del consenso por Venezuela
17 de diciembre de 2020La incógnita se mantendrá hasta el cinco de enero: apenas entonces Bruselas se pronunciará claramente acerca de las dos Asambleas Nacionales en Venezuela. Hasta ese momento, según fuentes europeas, se hará un examen jurídico de si es posible seguir legitimando a la Asamblea Nacional elegida en 2015.
Sea cual fuere la decisión, desde la diplomacia europea se afirma que la Unión Europea seguirá apoyando a la oposición democrática venezolana. La pregunta es: ¿con Juan Guaidó a la cabeza?
En las capitales de la UE y en Bruselas el quebradero de cabeza está en que “la legitimidad de Guaidó se basa en la presidencia de una Asamblea cuyo reloj constitucional ha acabado”, comenta a DW Javi López, copresidente de la Asamblea Euro-Latinoamericana (Eurolat).
Las repercusiones legales de seguir reconociendo a Guaidó -como lo hacen actualmente 60 países- no son irrelevantes. El acceso a fondos venezolanos, por ejemplo, es una de ellas. “El encaje jurídico es muy endeble”, agrega López, con el visor puesto en una decisión conjunta de los europeos.
¿Avalar la continuidad de la Asamblea Nacional de 2015?
Según explicó a la prensa el propio Juan Guaidó en Bruselas -en busca de apoyo internacional después de los comicios del seis de diciembre-, el artículo 233 de la Constitución venezolana prevé que el presidente encargado mantiene su cargo hasta que haya una nueva elección legítima.
“No se puede transferir el único poder, el único bastión legítimo, a quienes han cometido un fraude”, dice a DW María del Carmen Ponte, representante del gobierno interino de Guaidó ante el Reino de Bélgica y la UE. “Los únicos electos formalmente con garantías electorales son los actuales diputados”, agrega.
Constitución venezolana versus control efectivo
De cualquier modo, el gobierno de Nicolás Maduro, en términos reales, es el que controla las instituciones. Otras fuentes diplomáticas consultadas por DW recuerdan que la legitimidad democrática, internacionalmente, no es el único criterio para reconocer o desconocer instituciones. Que el control efectivo también pesa. El paso del tiempo en Venezuela -a dos años de gobierno interino de Guaidó, sin mayores avances- fortalecería esto último.
Por otro lado, “estamos conscientes del creciente acoso a las organizaciones de la sociedad civil que llevan a cabo el trabajo humanitario en una situación dramática”, explicaba, en la delegación para las relaciones con los países del Mercosur, Javier Niño, subdirector para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior. Del impacto de la migración venezolana en los países vecinos -también en los países y territorios europeos en ultramar-, el grado de conciencia es muy alto.
En ese contexto, “en nuestra consulta popular incluimos la pregunta acerca del apoyo internacional”, sigue la representante de Guaidó ante la UE. “Quedó claro que consideramos que los venezolanos solos no vamos a poder cambiar la situación”, agrega.
En busca del consenso por (el bien de) Venezuela
En ese sentido, ¿tendrá el apoyo de la Eurocámara el gobierno interino de Juan Guaidó? “Nos van a apoyar”, afirma Ponte. Si bien se podría lograr una mayoría favorable en el legislativo europeo -que alberga todo el espectro político europeo, pero que no tiene poder decisorio en relaciones internacionales-, lo decisivo será lo que el equipo de Josep Borrell, Alto Representante para las Relaciones Exteriores de la UE, amalgame con las capitales.
Se mire como se mire, la situación es difícil, así como todo análisis, dicen a DW fuentes diplomáticas. Independientemente de hacia dónde se decante la UE hasta el cinco de enero, la huida hacia adelante serían las elecciones regionales previstas para el 2021, con la participación de todos los actores políticos, los oficialistas incluidos. En ese sentido irían los esfuerzos europeos.
¿Qué opinan de la propuesta europea los principales partidos de la oposición, el llamado G-4? “Estamos de acuerdo en negociar. Podemos ir a esas elecciones, con condiciones garantizadas”, dice Ponte, subrayando que tanto presidenciales como legislativas, creíbles, están pendientes.
En cualquier caso, tensa es la espera por una decisión que marcará la relación con quienes detentan el control en Venezuela.
Por lo pronto, claro queda que no van a reconocer a una Asamblea que surge de unos comicios ni creíbles ni inclusivos. Pero también es casi un hecho que Bruselas será cauta, con el propósito de no cortar el espacio de diálogo -para cuyo éxito requiere de actores como Rusia, China y Turquía- ni los canales de acceso para la ayuda humanitaria.
(cp)