Guerra de los Seis Días: un conflicto con secuelas vigentes
2 de junio de 2017"Se sintió como una amenaza existencial para Israel", recuerda Moshe Milo los días poco antes de estallar la guerra. Milo tenía 23 años y era operador de radio en una unidad paracaidista israelí. En las semanas previas el entonces presidente egipcio Gamal Abdel Nasser había amenazado con borrar a Israel del mapa. Lo mismo se podía escuchar desde Siria. Los dos países árabes ya habían luchado dos guerras contra Israel, en 1948 y en 1956. A continuación, el presidente egipcio estacionó sus tropas en el Sinaí y cerró el estrecho de Tirán para el tráfico marítimo israelí.
En la mañana del 5 de junio 1967 la Fuerza Aérea de Israel atacó en un avance sorpresa a las tropas en el Sinaí. Cuando estalló la guerra, el soldado Milo ya estaba listo para salir a luchar contra los egipcios en el sur. "Pero de repente cambiaron nuestra misión y nos fuimos de camino a Jerusalén."
Conquista del Muro de las Lamentaciones
50 años más tarde, Moshe Milo y Yoram Zamosch caminan por el bario musulmán en la ciudad vieja de Jerusalén. En 1967, Yoram Zamosch fue el joven comandante de la unidad militar. Juntos atacaron la Puerta de los Leones y entraron en casco antiguo de Jerusalén, ocupado por Jordania desde 1948. La Guerra de los Seis Días ha marcado profundamente a los compañeros de guerra. "Hasta esa guerra, el mundo nos consideró un pueblo débil y perseguido. No habían pasado apenas 25 años desde el Holocausto", dice Yoram Zamosch hoy. "Y de repente conseguimos recuperar el Muro de las Lamentaciones. Logramos confiar de nuevo en nosotros mismos."
A pocos metros de distancia, la joven palestina de 17 años Haifa al Khalidi observó los avances de los israelíes. Desde el techo de la casa de sus padres puede ver el Muro de las Lamentaciones, la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al Aqsa. "Nos habíamos atrincherado en la casa y nadie se atrevía ni mirar por la ventana. Oímos a alguien gritar – los soldaos iraquíes han llegado", recuerda Khalidi. "Pero mi madre rápidamente reconoció por las voces de que se trataba de soldados israelíes. Nos quedamos sorprendidos que los israelíes fueran tan rápidos en entrar en el casco viejo."
El 7 de junio de1967, las tropas israelíes conquistaron la zona. "Vimos a nuestro comandante llorar de alegría por poder tocar el muro de las Lamentaciones", cuenta Zamosch. Él fue el soldado que colocó la bandera israelí sobre el Muro de las Lamentaciones. Un momento que no olvidara en toda su vida.
Liberación y ocupación
En muy pocos días, Israel había triplicado su territorio – pero también controlaba a otro pueblo: los palestinos. Poco después de la guerra surgió la cuestión de cómo tratar esos nuevos territorios ocupados. "Estamos aquí sentados con dos pueblos, uno con todos los derechos, y otro al que se le niega todos los derechos", dijo el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Abba Eban.
En la ciudad vieja de Jerusalén, la palestina Haifa al Khalidi observó las consecuencias de la guerra. El barrio Mughrabi fue demolido para facilitar el acceso al Muro de las Lamentaciones. "Dieron dos horas de tiempo para desalojar las casas y al instante llegaron las excavadoras", recuerda Khalidi. Miles de personas huyeron de la guerra hacia el este. Muchos siguen viviendo hasta hoy como refugiados en Jordania.
Israel capturó en 1967 también el Sinaí y la Franja de Gaza que anteriormente fue controlada por Egipto y además los Altos del Golán. La guerra relámpago creó el mito de un Israel invencible. – pero no terminó el conflicto con sus vecinos árabes. Otras guerras siguieron. Sólo más tarde Israel firmó una paz con Egipto y Jordania. El conflicto entre Israel y los palestinos sigue sin solución. "Nadie se imaginó en ese entonces que Israel iba a quedarse tanto tiempo en Jerusalén Este o Cisjordania", dice Haifa al Khalidi. "Tal vez ya no lo viviré, pero sólo se puede esperar que esta situación cambie en algún día."