Habitantes de una isla en Panamá, desplazados por el cambio climático
El aumento del nivel del mar obliga a casi todos los residentes de una pequeña isla de Panamá, del pueblo indígena Guna, a mudarse al continente. El presidente Laurentino Cortizo acusa a los países industrializados.
El hogar se hunde
Llegó el momento: el pueblo Guna abandona la pequeña y densamente urbanizada isla caribeña de Cartí Sugdupu, frente a la costa de Panamá. Los Guna son los primeros panameños reubicados a causa del cambio climático: su isla corre peligro de hundirse en el mar.
El día cero llegó
El aumento del nivel del mar provocó numerosas inundaciones y la isla estaba muy densamente poblada. Unos 1.200 residentes se dirigen al muelle con todas sus pertenencias. Allí tomarán una lancha a motor hacia tierra firme, a 15 minutos de distancia. En la región autónoma de Guna Yala, en la costa norte de Panamá, el recién construido asentamiento de Nuevo Cartí espera a sus nuevos residentes.
Un nuevo hogar
El nuevo asentamiento en el continente se construyó con ayuda de 12,2 millones de dólares de financiación gubernamental. Está ubicado en un terreno propiedad de la comunidad indígena y cubre un total de 14 hectáreas. Cada propiedad tiene una superficie de 300 metros cuadrados, las casas en sí ofrecen cada una alrededor de 41 metros cuadrados de espacio habitable.
El presidente acusa
A fines de mayo, el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo (con máscarilla), inauguró ceremoniosamente el nuevo pueblo, quejándose de los países ricos industrializados y sus crecientes emisiones de gases de efecto invernadero, y responsabilizándolos por la evacuación. Los Estados insulares más pobres son los primeros afectados por las consecuencias del calentamiento global.
Ayuda de la Patrulla Fronteriza
Miembros del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront) ayudan con el reasentamiento. Las autoridades panameñas entregaron a los Guna las llaves de las nuevas casas. Cada una consta de dos dormitorios, sala, comedor, cocina, baño y lavadero.
Aferrados a su casa y su suelo
Algunos, sin embargo, se oponen aún a la mudanza. Especialmente a las personas mayores les resulta difícil aceptar las consecuencias del cambio climático. El Ministerio de Vivienda no ha proporcionado aún cifras exactas. Por el momento, no se obliga a nadie a mudarse.
Más comodidad y espacio
Las casas nuevas, con puertas de un amarillo intenso, ofrecen sin duda más espacio y comodidad. En la pequeña isla, había mayormente cabañas de una habitación y cada metro estaba habitado: no quedaba ni rastro de la playa o las palmeras. Los propios Guna contribuyeron a la destrucción de la barrera protectora de la isla al cortar los corales del mar. También a esto se le pone fin ahora.
Un adiós y una nueva vida
Esta anciana, sentada frente a su nueva casa, ya no tiene que preocuparse por las inundaciones. Sin embargo, decir adiós no fue fácil: hace casi 200 años que los Guna habitaban la pequeña isla, ahora condenada a desaparecer. Los expertos esperan que la isla de Cartí Sugdupu se hunda por completo en 2050.