Historiador de Harvard: "Ucrania no quiere ser una víctima"
11 de mayo de 2023La guerra de Rusia contra Ucrania atrae mucha atención, incluso entre los académicos. Uno de ellos es el historiador Serhii Plokhy, profesor de historia de Ucrania en la Universidad de Harvard, cuyos libros tienen difusión internacional. Su último libro, El ataque, se publicó en Alemania a principios de mayo de 2023. Está dedicado a las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania.
DW: Sr. Plokhy, su libro analiza cómo la guerra de Rusia contra Ucrania influirá en el orden mundial en las próximas décadas. ¿Cómo describiría esa influencia?
Serhii Plokhy: Esta es la guerra más grande en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial, con un uso masivo de tropas y los peores crímenes cometidos en Europa desde 1945. Su influencia es extremadamente grande, no solo en Ucrania, no solo en las relaciones actuales y futuras entre Ucrania y Rusia, sino también en Europa y el mundo.
Estamos viendo cómo la alianza transatlántica entre EE. UU. y Europa vuelve a niveles que no se veían desde el final de la Guerra Fría. La guerra significa, de facto, que ciertas áreas grises de Europa, que han existido desde el colapso de la Unión Soviética, están desapareciendo.
Vemos una reorientación de Rusia, no solo política, sino también económica, lejos de Europa y dirigida hacia el este, es decir, una reorientación política y económica hacia China e India. Eso es solo la punta del iceberg, lo que estamos viendo hoy. Son tendencias que ya han comenzado. Estoy bastante seguro de que veremos otros cambios que no percibimos hoy.
El ataque de Rusia a Ucrania ha cambiado la percepción de ambos países en Occidente. ¿Qué cree que ha cambiado exactamente?
Hoy, Ucrania lucha por su lugar en el mapa de Europa. Antes de que empezara el conflicto, se habló mucho de que la guerra podría comenzar, pero Ucrania ha sido percibida únicamente como una víctima de esta agresión. Hasta cierto punto, Ucrania sigue siendo víctima de esta agresión, porque la guerra iniciada por Rusia no fue provocada. Pero Ucrania no quiere ser una víctima. Es decir, Ucrania está luchando y lo está haciendo con extrema eficacia.
De hecho, históricamente hablando, eso es un billete de entrada para convertirse en miembro de pleno derecho de la Unión Europea y de la comunidad internacional en general. Ucrania le está demostrando al mundo que su independencia en 1991 no fue un accidente. Ya en las primeras semanas de la guerra, Ucrania demostró que permanecerá en el mapa de Europa.
¿Qué puede decir sobre Rusia?
Hay, por supuesto, un debilitamiento significativo de Rusia. En Ucrania cuentan el siguiente chiste: ‘Rusia se jacta de tener el segundo ejército más fuerte del mundo, pero ha resultado estar en segundo lugar en Ucrania'.
Es decir, el declive de su poder militar y su reputación es claramente visible. Además, las sanciones y los gastos de esta guerra ya están teniendo graves consecuencias económicas. Si esto continúa, lo más probable es que Rusia salga de esta guerra extremadamente débil en términos de prestigio, economía y poderío militar. Esto también es un factor extremadamente importante, no solo para Europa, sino también para toda Eurasia.
¿Cómo ha cambiado la percepción de Rusia en Occidente durante el último año y medio?
En el pasado, Rusia se percibía principalmente como un país que estaba atravesando por una fase autoritaria, pero con el que se podía hacer negocios, comerciar e implementar proyectos políticos. Hoy, Rusia es vista como un Estado agresor, un país que se ha convertido en un paria internacional. Es un país liderado por Vladimir Putin, que es buscado por las instituciones internacionales de justicia penal.
Usted trabaja en los Estados Unidos, pero ha presentado su libro en Alemania. ¿Cómo difieren los discursos sobre la guerra en estos países?
Tanto EE. UU. como Alemania están del lado de Ucrania, no solo las élites políticas, sino también la gente. Este es un factor extremadamente importante. Pero el recorrido de ambas sociedades y países hasta llegar a esta posición ha sido muy diferente.
En Europa y Alemania, la guerra se siente mucho más cerca que en EE. UU. Vemos más banderas ucranianas azules y amarillas en Alemania que en los Estados Unidos. Pero, al mismo tiempo, la élite política de EE. UU. realmente ha mostrado mucho liderazgo al tomar una posición de apoyo de Ucrania.
En Alemania, especialmente en la política alemana, este proceso resultó ser mucho más largo y doloroso. Pasaron meses, medio año, quizás más tiempo, antes de que Alemania no solo anunciara un cambio de paradigma, sino que también comenzara a actuar en el marco de este paradigma.
Me temo que este cambio no se habría producido si Ucrania no se hubiera resistido con tanta eficacia. Además, el nivel de actividad sigue siendo diferente. Estados Unidos continúa liderando una coalición con Gran Bretaña, Polonia y los Estados bálticos, mientras que Alemania es más convencional y no líder.
En una entrevista, dijo que era "extremadamente optimista" sobre el futuro de Ucrania. ¿En qué se basa su optimismo?
Mi mayor optimismo a largo plazo está relacionado con la movilización de la sociedad ucraniana. Hay un fuerte intercambio entre la sociedad y el Estado, que en la historia de Ucrania siempre ha sido un eslabón débil y se percibe como algo extraño. El optimismo general prevalece en la sociedad ucraniana de hoy.
Hay un gran deseo, un gran deseo de ser optimista sobre el futuro. Es decir, la gente quiere hablar sobre cómo se verá Ucrania después de la guerra, cómo Ucrania, no solo se reconstruirá, sino que se preparará para el futuro, para existir en un mundo nuevo.
(ms/ers)