Huracán Florence: preparándose para recibir mayor tormenta
13 de septiembre de 2018Elizabeth City, en Carolina del Norte "no está preparado, para lo que viene", considera un habitante. Lo que viene es uno de los peores huracanes en la historia de Estados Unidos. Florence está a pocas horas de llegar a la costa.
Jim Redick es un veterano de los huracanes. El exmarino ha sido testigo de docenas. Ahora trabaja como coordinador de emergencias de la ciudad de Norfolk, Virginia. Redick sabe con qué facilidad la gente puede subestimar un huracán. "Nuestra tarea no es solo evitar grandes daños, sino, sobre todo, informar a los ciudadanos", dice Redick a DW, quien no quiere que sus residentes se sientan como en William, 75 kilómetros al sur: abandonados, sin información y con una gran tormenta acercándose.
Aprender de los errores
El municipio de Norfolk ha emprendido mucho para protegerse: ha abierto cinco centros de refugio, 60 personas ya han buscado protección y la han encontrado. Los residentes son informados a través de varios canales. El que no pueda llegar a uno de los refugios por su cuenta, será recogido por un autobús especialmente contratado. Todos están alerta, nadie quiere repetir los errores de los huracanes del pasado.
Errores que todavía recuerda mucha gente en Virginia Beach, cerca de Norfolk. Casi todos los residentes guardan recuerdos desagradables de tormentas anteriores. Eduardo Ramírez perdió su automóvil hace dos años durante el huracán Matthew. Como precaución, lo estacionará esta vez en su garaje. El policía José Dyola ya perdió dos casas debido a los huracanes en su natal Puerto Rico.
Preparados para lo peor
Dyola no dejará nada al azar esta vez: en su camioneta abierta, los sacos de arena se acumulan. Como Dyola, decenas de personas han salido hoy temprano para abastecerse de sacos de arena a un campo abierto cerca de una base militar. Parejas, familias, ancianos y niños llevan sus propias palas, con las que empacan arena en sacos azules y blancos.
José Dyola se siente bien "preparado". Ha rodeado toda su casa y la de sus vecinos de sacos de arena para protegerse de las cantidades de agua esperadas. Eduardo Ramírez también lleva una carga de sacos de arena. Él es pensionado y equipa su casa antes de la tormenta. Aquí, a 400 kilómetros del centro de la tormenta, se nota ya su fuerza. Hay muchas estaciones de servicio que ya no tienen combustible para vender. "La gente no tiene pánico, pero está alerta", dice Damian Brown. Este funcionario de Virginia Beach coordina la distribución de sacos de arena. La ciudad ha entregado 210 toneladas de arena; y otros 16 camiones cargados han llegado esta mañana. "Traeremos tanta arena como sea necesario”, dice Brown.
En memoria de Wilmington
La gente de Virginia Beach está preparada. Las escuelas están cerradas, los residentes han almacenado víveres. Muchos permanecerán en sus casas porque están en la Zona B y, por lo tanto, no en la zona de peligro inminente del huracán. Sin embargo, aquí también se esperan fuertes tormentas y cantidades considerables de lluvia. Al anochecer, al menos el alcalde de la ciudad de Virginia Beach, Dave Hansen, respira tranquilo: el huracán Florence ha sido degradado en las últimas horas y se dirige hacia el sur. "Sin embargo, la tormenta es impredecible, estamos preparados para lo peor, siempre podemos fortalecer las medidas de seguridad", dice Hansen.
Los residentes del área de Wilmington que, como se pronostica, estarán en el corazón de la tormenta, no tienen más remedio que abandonar sus hogares. Cuando la tormenta "toque tierra”, se esperan vientos de hasta 185 kilómetros por hora. Dave Hansen, de Virginia Beach, no puede ahora hacer más que tranquilizar a las personas a 400 kilómetros al sur asegurando que "los acompañamos con nuestros pensamientos".
Lisa Hänel (jov/er)