Hypo Real Estate, otro golpe de la crisis hipotecaria en Alemania
16 de enero de 2008No es la primera vez que una entidad financiera alemana tiene que reconocer estar más implicada en el mercado hipotecario de alto riesgo estadounidense de lo que en tiempos como estos podría resultar aconsejable.
A finales del año pasado, el prestamista Deutsche Industriebank (IKB), con sede en Düsseldorf, juraba que sus negocios al otro lado del Atlántico eran seguros. Poco tiempo después, los bancos germanos tenían que emprender un “plan de rescate” para que las pérdidas millonarias de IKB no arrastrasen a todo el sector consigo.
Ahora, la historia se repite. Durante meses, desde agosto pasado, el grupo muniqués Hypo Real Estate aseguró no estar afectado por las dificultades a las que se enfrentan sus vecinos norteamericanos.
La noticia de que la financiera inmobiliaria bávara sí había participado en el arriesgado juego estadounidense y que a consecuencia de ello el 2007 le traería un cuarto menos de ganancias, recorrió la bolsa alemana como un terremoto. Las acciones de Hypo Real Estate cayeron en picado y, sobre todo, lo que se hundió fue la confianza de los inversores.
La desconfianza de los inversores
Un día después de que Hypo Real Estate viviera su “momento de la verdad”, la bolsa alemana seguía resentida: el miércoles por la mañana (16.01.08), el índice Dax caía todavía un 1%. “Se mantiene la desconfianza hacia los títulos financieros. La gente se pregunta quién más tendrá cosas que ocultar”, comentaba un inversor.
Bancos como el Deutsche Bank o el Postbank observaban cómo se precipitaban sus acciones. Klaus Peter Müller, jefe del Commerzbank, entidad cuyos valores perdían el martes más de un 8% y el miércoles continuaban bajando un 2,2%, prevé que este no será el último golpe que la crisis estadounidense tiene reservado para el mercado alemán. “Si supone eso del mercado, cabe la sospechar que habla también de su propia casa”, aventuraba el mismo inversor.
Cita el diario alemán Süddeutsche Zeitung que, de 26 analistas preguntados por la consultora Reuters antes de la confesión de Hypo Real Estate, 18 aconsejaban comprar acciones de la financiera inmobiliaria y seis recomendaban conservar los papeles en depósito. Pocos se esperaban el tropiezo de los muniqueses, y ahora muchos no saben dónde depositar su capital.
Miedo a la recesión estadounidense
En Estados Unidos la crisis hipotecaria causa estragos. El futuro de Citigroup, el banco más grande del sector, es incierto. Para empezar, la entidad ha despedido ya a 4.200 de sus 300.000 trabajadores y miles de millones de dólares de manos de inversores diversos han tenido que acudir en su ayuda. Europa y el mundo empiezan a temer una recesión que desde Norteamérica alcance a las restantes economías.
Las bolsas europeas se resienten del miedo. No sólo el Dax alemán, también el Cac 40 francés, el Ftse londinense o el Ibex español caen, como lo hace el Eurostoxx 50. El Banco Central Europeo está preocupado por el crecimiento en la zona euro y el Banco de Italia advierte: “Es posible que nuevas dificultades en los mercados financieros y de bienes raíces, particularmente en Estados Unidos, conduzcan a una desaceleración más profunda que la esperada en muchas economías”.
En Alemania, como en otros países europeos, el Gobierno ha corregido a la baja las perspectivas de crecimiento. Los problemas norteamericanos y la fuerza del euro podrían poner en peligro el título de número uno en comercio exterior que ostenta el país y que es el motor de su economía, al tiempo que el consumo interno se mantiene flojo debido al alza de los precios.
“Primero está el precio de la energía. Después, la situación de los bancos, especialmente por la crisis subprime en Estados Unidos. Y luego, existe una presión increíble sobre el costo de la vida. Todo ello conduce a una reducción de las expectativas de crecimiento”, declaró la canciller alemana, Angela Merkel. También el problema de los precios es común al resto de la Unión Europea. Sobre todo, los alimentos y la energía son los causantes de la inflación.
Sin embargo, la mayoría de los observadores económicos no son del todo pesimistas. La buena marcha económica se verá ralentizada, pero no hay motivos para emplear títulos como “crisis” o “recesión”. Y los jefes de Gobierno de Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña se reunirán el próximo 29 de enero para buscar mecanismos que logren una mayor transparencia en los mercados financieros de la UE.