El boxeador alemán gitano Johann "Rukeli" Trollmann se tiñó el pelo de rubio para un combate por el título y se empolvó la cara de blanco para burlarse de la ideología racista nazi.
La gitana polaca Alfreda "Noncia" Markowska salvó a 50 niños deportados que iban a ser asesinados en campos de concentración.
El racismo contra el pueblo gitano en Alemania se remonta cientos de años y alcanzó su punto álgido en la época nazi.
Durante este periodo, cientos de miles de gitanos fueron perseguidos y asesinados, pero algunos lograron resistir y salvar vidas. Hoy, la artista y activista Simonida Selimovic utiliza el teatro para mantener viva la memoria de estos héroes casi desconocidos.