IAA 2007: Salón Internacional del Automóvil en tiempos del cambio climático
11 de septiembre de 2007Casas inteligentes que ahorran energía, aviones más livianos que reducen el gasto de combustible y hasta bombillas que en años sólo consumen apenas un mínima parte de lo que consumen las convencionales. Todos estos son ya logros que comprueban la factibilidad de combinar desarrollo tecnológico medioambiental y éxito económico.
Sólo el auto ecológico se hace esperar. Ése que el mundo espera pero que apenas parece estar pensándose. Positivo es, de todas formas, que en el Salón Automovilístico IAA haya, por primera vez en la historia, un stand atendido por el partido ecológico de Los Verdes. En general, la edición 2007 de la IAA ha sido la más “ecológica” de todas. Notorio es por lo demás, que los constructores de limusinas no habían pronunciado tanto la palabra “protección del clima” como en estos días en Fráncfort del Meno, sede de la IAA.
Autos para los clientes que sueñan con caballos de fuerza
“La protección del Medio Ambiente es prioritaria en el salón automovilístico de Fráncfort porque se hace en favor de las personas”, dice el gerente de BMW, Norbert Reithofer, quien concluye que “no construimos autos para nosotros, sino para los clientes, por eso deben cautivarlos. Nuestro objetivo es doble: el Medio Ambiente y el cliente”.
No en vano celebra la empresa bávara BMW el lanzamiento de su modelo 318 d que, a pesar de sus 143 caballos de fuerza, consume menos de cinco litros de gasolina. Sólo que la novedad tiene una “pequeña” falla cosmética: con 123 gramos de expulsión de CO2 no alcanza a cumplir con la norma límite de emisiones de la Unión Europea.
¿Diesel, Otto o Kyoto?
Pero la fuerte competencia de la vecina Stuttgart no se queda atrás. Mercedes-Benz lanza en Fráncfort diecinueve “autos limpios“ liderados por el estudio del F700 que deja entrever cómo se definirían los automóviles del futuro: una mezcla de motor diesel y "Otto".
El “Otto-Motor” es un motor cíclico, cuyo nombre proviene del técnico alemán que lo inventó en Colonia, Nikolaus August Otto. Éste es el motor convencional de gasolina que se emplea en automoción y aeronáutica.
El motor diesel, llamado así en honor del, igualmente, ingeniero alemán Rudolf Diesel, funciona con un principio diferente y suele consumir gasóleo. Se emplea en instalaciones generadoras de energía eléctrica, en sistemas de propulsión naval, en camiones, autobuses y automóviles. Tanto los motores Otto como los diesel se fabrican en modelos de dos y cuatro tiempos.
“En Fráncfort estamos mostrando todo el espectro de los autos cómodos que en el futuro permitirán conducir con una conciencia limpia para con el Medio Ambiente”, afirma el presidente de la junta directiva de Daimler, Klaus Meier.
¿Medio Ambiente como sello de marketing?
¿Sólo un espectáculo comercial con fachada de evento ecológico? “Quinientos caballos de fuerza en el motor y aún así un conciencia limpia”, han expresado los críticos que ven en el IAA “un show climático” que quiere desviar la atención de la opinión pública.
Una acusación que el gerente alemán de Opel/Ford, Hans Demant rechaza: “Lo que la industria automovilística presenta aquí es tecnología por excelencia”, al mismo tiempo que promete que en los próximos años “nos dedicaremos por completo a apoyar el tema del cambio climático”.
Los clientes pueden influir en desarrollo tecnológico
Wendelin Wiedeking, jefe de Porsche, asegura, por su parte, que los clientes “premium” de Porsche “están dispuestos a pagar por nuevas tecnologías”. ¿También por innovaciones a favor del Medio Ambiente? La respuesta de Wiedeking aún se hace esperar.
Sea como sea, los usuarios son los que realmente pueden “obligar“ a un giro sincero hacia el desarrollo de autos menos contaminantes. El problema es que eso sólo es posible el día en que el aire limpio sea considerado más importante que conducir un auto que impresione a los vecinos.