Incendios en Chile: una catástrofe hecha en casa
10 de febrero de 2023Chile lucha regularmente con incendios forestales, pero este año son especialmente intensos. Eso es también consecuencia de una decisión errada tomada años atrás, según plantea un artículo del portal de la televisión pública alemana Tagesschau:
"Desde hace tiempo se discute en Chile sobre las causas de los incendios que se repiten cada verano con diversa intensidad. El motivo, en primera línea, radica en las olas de calor que provocan temperaturas extremas. Si se produce un incendio, las monoculturas predominantes actúan como aceleradores del fuego, explica Andrés Meza, indicando que la situación es "crítica” y que esta catástrofe lo ha demostrado una vez más. El ingeniero forestal es miembro de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo". Desde su punto de vista, el eucaliptus, oriundo de Australia, acelera los incendios, porque contiene muchos aceites y es considerado verdaderamente explosivo.
El eucaliptus se introdujo en Chile hace más de 100 años. Hoy, este árbol domina la industria forestal en las regiones incendiadas. En grandes plantaciones se lo cultiva a escala industrial. Según Meza, el eucaliptus retiene menos humedad que un bosque nativo mixto. Las monoculturas de eucaliptus son importantes para la economía chilena. En el centro y sur del país se hicieron plantaciones de árboles en muchos sectores en las pasadas décadas. En el marco del modelo económico neoliberal, el dictador Augusto Pinochet mandó a promulgar, en 1974, un año después del brutal golpe militar, el decreto 701. En virtud de este, fueron subvencionadas por el Estado las plantaciones de pinos de Monterrey y eucaliptus, de rápido crecimiento. (…)
La industria forestal da empleo a más de 110.000 trabajadores y en 2022 exportó productos por un valor de poco más de 6.000 millones de dólares, también a Alemania. La industria germana del papel recibe, según sus propios datos, cerca del cinco por ciento de su celulosa de Chile".
Lula y su iniciativa de paz
La emisora Deutschlandfunk presenta en su página web un comentario sobre la política exterior de Brasil:
"Con su iniciativa, planteada vigorosamente, en pro de negociaciones de paz para Ucrania, el presidente brasileño, Lula da Silva, sorprendió visiblemente al canciller alemán. Olaf Scholz estaba acostumbrado hasta entonces a que sus interlocutores del llamado 'sur global' vieran la guerra como un asunto perturbador a nivel mundial, pero lejano. Países emergentes como India, Sudáfrica o Indonesia no quieren dejarse arrastrar a un conflicto que, desde su punto de vista, Occidente debería resolver solo y lo antes posible con Rusia. Muchos, al igual que Brasil, tienen tradicionalmente estrechas relaciones económicas y políticas con Rusia y son receptivos del relato de Putin, según el cual, (Rusia) solo se defiende en Ucrania de un afán occidental de expansión y dominación.
Pero Lula va un paso más allá y anuncia que tomará el asunto en sus manos. Si ustedes no lo consiguen, entonces lo solucionaremos nosotros; ese fue su mensaje para el canciller. Scholz quería conquistar a Lula para su Club del Clima. Pero este declaró que, por lo pronto, creará un Club de la Paz. De este modo, Lula expresa la creciente seguridad en sí mismos con que los países emergentes se posicionan en el escenario mundial, como cotizados proveedores de materias primas y actores políticos independientes.
Brasil regresa a la política mundial
El periódico suizo Neue Zürcher Zeitung publica un artículo sobre la nueva política internacional de Brasil, en el que recoge declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira; "Lula ha propuesto que un grupo internacional medie en el conflicto de Ucrania y mencionó a Brasil como uno de sus integrantes. Si Brasil ha de mediar de manera creíble, no puede tomar partido en el conflicto, se dice en el Ministerio (de Exteriores). Bajo Lula, (el Palacio de) Itamaraty ha de tener un papel central para acabar con el aislamiento de Brasil en el mundo. (…)
Efectivamente, en el primer mes desde su toma de posesión, Lula se ha encontrado con más jefes de Estado que el presidente Bolsonaro en todo su período: hasta abril, Lula se reunirá con el presidente Joe Biden y con Xi Jinping; también está planeada una visita de Emmanuel Macron. Y con el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, conversó ya en Buenos Aires, en su primer viaje al exterior. (…)
Pero la máxima prioridad es la integración en Latinoamérica y el principal instrumento para ello es el Mercosur. Brasilia espera que Venezuela cumpla pronto las condiciones para ser acogida en el Mercosur. En 2016, su participación había sido suspendida debido al proceder cada vez más autoritario del Gobierno de Nicolás Maduro. Hasta hoy, Lula vacila en criticar a dictaduras de izquierda como Cuba, Nicaragua o Venezuela, lo cual es uno de los motivos por los que la clase media brasileña desconfía de él. Pero en el Ministerio de Exteriores se dice ahora que se desea mantener relaciones con todos los países: 'Quien solo quiere negociar con amigos, no necesita diplomacia'".
(rml)