Seguridad, en emergencia
21 de enero de 2010Imagine que su equipaje de mano hace sonar una alarma sin que se dé cuenta, usted sigue su camino como si nada hubiera ocurrido y horas después se entera de que la policía lo anda buscando por haber paralizado las actividades de un aeropuerto internacional. ¿Fue eso lo que ocurrió este miércoles (20.1.2010) cuando el ordenador portátil de un pasajero activó un detector de explosivos y obligó a las autoridades a cerrar dos niveles del terminal 2 en el aeropuerto de Múnich durante tres horas?
Ahora póngase en el lugar de quien tenía la responsabilidad de detener al viajero cuyo equipaje hizo sonar la alarma y se perdió de vista antes de que él pudiera alcanzarlo. ¿Cómo explicar ese desliz en un momento en que la seguridad es uno de los temas prioritarios dentro y fuera de Europa? El debate en torno a la calificación, a las condiciones de trabajo y al equipamiento material del personal de seguridad ya domina la esfera pública, aún cuando el Ministerio Público recién acaba de abrir las investigaciones para aclarar lo que pasó en la capital bávara.
"Se busca"
"Estamos tratando de constatar si tuvo lugar o no un comportamiento punible", dijo el vocero de la fiscalía correspondiente, Ralph Reiter, dejando claro que no puede descartarse todavía que lo acontecido se haya debido a un malentendido entre el dueño del ordenador que activó la señal de alarma y los encargados de la seguridad en el aeropuerto. Si el viajero en cuestión no cargaba explosivos consigo y simplemente siguió su camino a toda prisa antes de que su ordenador pudiera ser inspeccionado de nuevo, no se puede decir que haya incurrido en delito alguno, agregó Reiter.
Aún así, el causante de este sobresalto debe ser encontrado: sólo así podrá comprobarse si llevaba consigo sustancias inflamables que hicieron sonar el detector de explosivos; de ser así, podría atribuírsele un delito, aunque sólo sea por negligencia. El portavoz de la policía del aeropuerto de Múnich, Albert Poerscke, anunció que, hasta ahora, las tomas de video hechas por las cámaras de seguridad no han ayudado a identificar al hombre que ocasionó la cancelación y el retardo de sesenta vuelos.
Apelando a la tecnología
El incidente trae a la memoria el caso de Umar Farouk Abdulmutallab, el ciudadano nigeriano que abordó un avión de pasajeros en Ámsterdam sin que los sistemas de seguridad holandeses detectaran que cargaba explosivos en el cuerpo y luego intentó hacer estallar la aeronave cuando se acercaba a Detroit el 25 de diciembre de 2009. De ahí que en cuanto comenzó a circular la noticia sobre lo ocurrido en Múnich, el primer impulso de algunos políticos fuera clamar por la instalación de escáneres de cuerpo entero más sensibles que los tradicionales.
La Secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos, Janet Napolitano, instó a la Unión Europea a incrementar el intercambio de información y a mejorar los controles en los aeropuertos apelando a recursos como el de estos escáneres de nueva generación. Consciente de las reservas que existen al respecto, el ministro de Interiores en representación de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), Thomas de Maiziere, recomendó el uso "voluntario" de los aparatos por parte de los viajeros. "Quizás le ofrezcamos esa posibilidad a los pasajeros para que le vayan tomando confianza", dijo en entrevista para Deutschlandfunk. Las decisiones en esta materia serán tomadas a mediados de año.
En nombre de la seguridad
Unos argumentan que la calidad de los controles no debe depender de la implementación de tecnologías que, aunque más avanzadas, invaden la esfera privada, de por sí menguada en la última década tras la aplicación de facto de leyes que presuntamente ayudan a reforzar la seguridad nacional. Otros aprovechan la ocasión para señalar las deficiencias que obstaculizan el trabajo y reducen la eficiencia del personal de seguridad en los aeropuertos: un vocero del sindicato de policías local atribuyó la culpa a la privatización de los puestos de control de pasajeros.
Thomas Hacker, jefe de fracción del Partido Democrático Liberal (FDP) en el parlamento bávaro, duda que un escáner de cuerpo completo hubiera servido de algo en este caso: "De nuevo queda demostrado que la técnica funciona. Cuando tienen lugar errores, éstos ocurren por la mala formación del personal". El director del sindicato de la policía de Baviera, Harald Schneider, admitió que no entiende "cómo alguien puede ser controlado y luego tomar su ordenador portátil y desaparecer así como así", pero subraya que en los aeropuertos tiende a haber poco personal en las instancias de control de pasajeros.
El factor humano
"Cuando una persona no funciona, tenemos un problema en el cordón de seguridad de los aeropuertos", enfatizó el director del sindicato de la policía federal, Josef Scheuring, apuntando a la creciente presión bajo la que laboran quienes revisan a los pasajeros en los puestos de control y al empeoramiento de las condiciones sociales generales de los trabajadores tras la privatización de estas instancias. "Nosotros exigimos que los puestos de control vuelvan a manos del Estado y que se contrate a personas con una buena formación para que se hagan cargo de ellos", dijo Scheuring. Ese es un argumento del que poco se ha oído hablar en el debate sobre la importancia de la seguridad en Alemania.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / reuters
Editor: Enrique López Magallón