Yasuní: ¿apoyo alemán pero no dinero?
9 de junio de 2011Hasta diciembre de 2011, la iniciativa Yasuní de Ecuador pretende lograr 100 millones de dólares. En caso de no conseguir esta primera etapa del fondo fiduciario, el proyecto se daría por terminado. El plan consiste en lograr un capital internacional de 300 millones de dólares, que representaría la mitad de los ingresos que el país andino-amazónico obtendría si extrajera el petróleo de la zona.
Si bien Alemania “comparte y apoya los objetivos de protección medioambiental y de reducción de emisiones”, dice a DW Alexandra Burck, portavoz del ministerio alemán de Cooperación y Desarrollo (BMZ), “en principio, no está de acuerdo con una compensación por renunciar a la explotación de recursos”.
Dudas alemanas
Pero, ésa es precisamente la base de la iniciativa: dejar bajo tierra por tiempo indefinido el petróleo de esta reserva de la biosfera a cambio de una compensación internacional. Entonces, ¿la participación alemana en este proyecto ha muerto? No. Para Berlín se trata de negociar un cambio de dirección de fondos ya existentes y de enmarcar el proyecto en el Sistema de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD).
“Además”, explica Burck basándose en el informe de la subsecretaria de Desarrollo, Gudrun Kopp, “echamos de menos mayores garantías y una mayor representación de la sociedad civil en el proyecto”. Según la posición del BMZ, los habitantes de la región a ser protegida deberían formar parte de la iniciativa.
La respuesta de Ecuador
Al respecto, en conversación con DW, Jorge Jurado, embajador de Ecuador en Berlín, explica:
“Existió en su momento una duda respecto de las seguridades, pues otro gobierno podría llegar y explotar el petróleo. Entretanto existe una legislación: en el caso de que un gobierno posterior cambiase de idea, todos los fondos que habrían sido donados y puestos a disposición del fondo fiduciario de la iniciativa Yasuní sería transformados inmediatamente en deuda externa contingente, lo que significa una deuda de pago inmediato”.
El fondo, según Jurado, sería gestionado por un comité en el que habría representantes de los países donantes y también de la sociedad civil. Con todo, representantes de las poblaciones de la zona a proteger –a los que el BMZ se refiere- difícilmente podrán estar presentes: “Uno de los objetivos de la iniciativa es proteger a los pueblos en aislamiento voluntario. Por obvias razones es difícil que ellos tengan una representación cuando no han sido contactados todavía”.
Voluntad y optimismo
A pesar de los reveses, bastante se ha avanzado desde que Ecuador junto el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas lanzara la iniciativa Yasuní ITT para lograr un fondo internacional que permita al país exportador de petróleo y rico en potencial de energías renovables dejar en las profundidades unos 846 millones de barriles de crudo. La utilización de esos yacimientos petrolíferos, situados en ese parque nacional amazónico, significaría el fin de una de las áreas de mayor biodiversidad del planeta, la deforestación de la zona declarada y la emisión de más de mil millones de m³ de CO2.
Si hasta hace un año el Gobierno germano había dado claras señales de que aportaría a ese fondo, la posición actual es más bien de reconducir fondos ya destinados a la cooperación. “Esto no quiere decir de ninguna manera que las negociaciones hayan fracasado”, dice Burck a DW recalcando que el BMZ comparte los objetivos de la iniciativa y que hasta octubre se negociará. Jurado, especialista en energía, se declara optimista, pues aunque “se ha cerrado una puerta se han abierto otras”.
“El ministerio alemán de Cooperación sigue interesado en el proyecto desde otra óptica”, subraya el diplomático. En la nueva estrategia en la cruzada ITT, cuyo nombre se origina en los yacimientos Ishpingo, Tambococha y Tiputini, la esperanza está puesta en el buen eco que pueda tener el proyecto en la sociedad civil alemana, en la industria alemana y en la mediana empresa así como en el aporte de las regiones. Por lo pronto, en Baden-Württemberg su flamante primer ministro verde, Winfried Kretschmann, ha declarado ya su apoyo político.
Las ventajas a largo plazo para la biodiversidad y el medio ambiente en caso de concretarse Yasuní son evidentes; los beneficios para el país –que, según el plan, emplearía los fondos en aprovechar sus magníficos recursos en energía renovables- son seductores. “Estamos trabajando en una campaña de información para aclarar las ventajas que tendría para Alemania”, concluye Jurado quien, con todo, no quiere que los amplios objetivos de la iniciativa Yasuní se vean subsumidos a un simple programa de reducción de emisiones.
Autora: Mirra Banchón
Editor: Pablo Kummetz