Independence Day
4 de julio de 2003Razón tenía la "vieja Europa" al advertir de las consecuencias de una intervención militar contra Irak, sin tener una estrategia claramente definida para la postguerra. Las noticias que llegan con inquietante frecuencia desde Bagdad dan cuenta de continuos atentados y agresiones contra las tropas de ocupación estadounidenses. Este viernes, sin ir más lejos, se produjo otro enfrentamiento, que terminó con 11 atacantes iraquíes muertos. No se trata ya de incidentes aislados. Por el contrario, los hechos otorgan creciente verosimilitud a las versiones sobre una resistencia organizada.
El desafío de Saddam
En este contexto, la supuesta grabación de Saddam Hussein, dada a conocer por la estación de televisión árabe Al Yazeera, no puede ser interpretada como otra cosa que un abierto desafío a Estados Unidos, justo en el día en que celebra el aniversario de su independencia. La jornada, que se presta como pocas para expresiones de patriotismo y vítores al poderoso ejército norteamericano, tiene esta vez un dejo amargo. Independientemente de que se confirme a ciencia cierta la autenticidad del mensaje atribuido al depuesto dictador iraquí, la cinta pone de relieve uno de los grandes fracasos de la gran superpotencia mundial: no haber podido capturar todavía a Saddam, pese a haber tomado el poder hace más de dos meses en Bagdad.
Igualmente crece entre la población estadounidense la desazón por los peligros a que se ven expuestos sus soldados en el lejano territorio iraquí, a medida que se va debilitando el argumento esgrimido por el presidente George Bush para justificar la guerra, ante la constatación de que no aparecen las supuestas armas de exterminio masivo. Es posible que ante las cámaras de televisión se haga gala de fervor nacional en este día de fiesta, pero en los círculos políticos estadounidenses también cunden las preguntas sin respuesta.
Parabienes y denuncias
En Alemania, entretanto, se multiplican los esfuerzos por restañar las heridas transatlánticas que abrió la crisis de Irak. Lógicamente, desde Berlín se enviaron a Washington las felicitaciones de rigor por el día nacional. El presidente germano federal, Johannes Rau, aprovechó de reiterar los estrechos lazos que unen a ambos pueblos, sobre la base de valores fundamentales como la libertad individual y la democracia.
Esa es la tónica en la esfera oficial. Pero en otro plano, la fecha coincidió con las denuncias efectuadas en Hamburgo por Greenpeace, que asegura haber encontrado en un pueblo iraquí residuos nucleares desperdigados sin ningún resguardo. Los miembros del grupo ecologista que hicieron el hallazgo estiman que dicha basura letal procede del saqueo de una planta atómica, y exigieron a las autoridades norteamericanas permitir la inmediata entrada de personal de la Agencia de Energía Atómica al país. En señal de protesta por la situación, los activistas de Greenpeace depositaron un recipiente de seguridad con uranio radioactivo ante el cuartel general del administrador civil estadounidense, Paul Bremer. No fue, de seguro, el presente que habría deseado recibir en este Independence Day.